La región de Kursk sigue bajo observación internacional como punto estratégico y simbólico dentro del prolongado conflicto entre Rusia y Ucrania
Moscú, Rusia | 21 de mayo de 2025. — El presidente de Rusia, Vladimir Putin, realizó una visita no anunciada a la región fronteriza de Kursk, donde inspeccionó la planta de energía nuclear Kursk-2 y se reunió con voluntarios locales. Esta es la primera vez que el mandatario visita la zona desde que el Kremlin afirmó haber expulsado a las fuerzas ucranianas del área el mes pasado, tras una sorpresiva incursión militar por parte de Kiev en agosto de 2024.
La visita, que fue confirmada por el Kremlin el miércoles, es interpretada por analistas como un intento del líder ruso de mostrar control político y militar sobre una región que representó uno de los mayores reveses estratégicos para Moscú desde el inicio de la invasión a gran escala de Ucrania en febrero de 2022.
Una incursión histórica
La incursión ucraniana en Kursk en agosto del año pasado marcó un momento inédito en el conflicto: fue la primera vez desde la Segunda Guerra Mundial que tropas extranjeras ocuparon territorio ruso. La operación, que según fuentes occidentales fue una hazaña logística secreta y altamente riesgosa, buscaba exponer debilidades en el frente ruso y distraer sus fuerzas de la ofensiva en la región oriental de Donetsk.
A pesar de su audacia, la operación no cambió significativamente la dinámica del conflicto, según expertos. Sin embargo, fue una clara muestra de que, pese a los reveses, Ucrania mantiene capacidad de respuesta y maniobra táctica.
Participación norcoreana y versiones encontradas
De acuerdo con declaraciones de Ucrania, Estados Unidos y Corea del Sur, hasta 12 mil soldados norcoreanos habrían sido enviados por Pyongyang para apoyar a las fuerzas rusas en la recuperación de Kursk. Rusia declaró el 26 de abril que había recuperado el control total de la región, una versión negada por Kiev.
Gesto simbólico y narrativa de resistencia
Durante su visita, Putin recorrió la planta Kursk-2, aún en construcción, y sostuvo un encuentro privado con voluntarios que portaban símbolos de apoyo a la invasión —las letras “Z” y “V”, junto con la bandera rusa— en su indumentaria.
“Lo que están haciendo ahora durante esta difícil situación para esta región, para esta área y para el país, permanecerá con ustedes por el resto de sus vidas como, quizás, lo más significativo en lo que hayan estado involucrados”, expresó Putin mientras compartía té con ellos.
Asimismo, anunció su respaldo a propuestas locales como la continuación de pagos mensuales a familias desplazadas que no han podido regresar a sus hogares, y la construcción de un museo en honor al “heroísmo de nuestros defensores y de los residentes de la región”, en palabras del gobernador interino, Alexander Khinshtein.
Contexto de guerra y tensiones diplomáticas
La visita de Putin se produce en un momento delicado, marcado por altos niveles de desgaste humano y material para Rusia, y en medio de propuestas internacionales de alto al fuego que el mandatario ha rechazado en la práctica. Desde finales de 2023, Moscú ha recuperado la iniciativa en varios frentes, con la excepción de episodios como el de Kursk.