El silencio en China sobre las acusaciones #MeToo de la estrella del tenis no ha podido silenciar un coro mundial de preocupación por su seguridad.
Una simple pregunta se ha apoderado del mundo del deporte y ha llamado la atención de la Casa Blanca, las Naciones Unidas y otros:
¿Dónde está Peng Shuai?
La estrella china del tenis desapareció de la escena pública durante semanas después de acusar a un alto dirigente chino de agresión sexual, lo que provocó un coro mundial de preocupación por su seguridad. Luego, este fin de semana, el director de un periódico controlado por el Partido Comunista publicó videos que parecen mostrar a Peng comiendo en un restaurante y asistiendo a un evento de tenis en Pekín. Y el domingo, el Comité Olímpico Internacional dijo que su presidente había hablado con ella en una videollamada.
Un representante de la Asociación de Tenis Femenino (WTA, por su sigla en inglés) dijo que era “bueno ver” a Peng en los videos recientes, pero añadió que la organización seguía preocupada por su capacidad para comunicarse libremente. El gobierno autoritario de China tiene un largo historial de trato duro contra las personas que amenazan con socavar la confianza pública en los altos dirigentes del partido.
A pocos meses de que Pekín sea la sede de los Juegos Olímpicos de Invierno de 2022, la situación de Peng podría convertirse en otro punto de tensión en la cada vez más díscola relación de China con el resto del mundo.
¿Quién es Peng?
Peng Shuai, de 35 años, es una deportista que ha competido en tres ocasiones en los Juegos Olímpicos, y su carrera tenística comenzó hace más de dos décadas.
En febrero de 2014, tras ganar la corona de dobles en Wimbledon con la taiwanesa Hsieh Su-wei el año anterior, Peng se convirtió en la número 1 del mundo en dobles, siendo la primera jugadora china en alcanzar el primer puesto tanto en individual como en dobles, algo que ningún tenista chino ha conseguido. Ella y Hsieh también ganaron el título de dobles del Abierto de Francia de 2014.
Su carrera de dobles experimentó un resurgimiento en 2016 y 2017. Pero en 2018, se le prohibió jugar profesionalmente durante seis meses, con una suspensión de tres meses, después de que se descubriera que había tratado de usar “coerción” e incentivos financieros para cambiar su pareja de dobles de Wimbledon después de la fecha límite de inscripción. No ha competido profesionalmente desde principios de 2020.
¿Por qué desapareció?
Entrada la noche del 2 de noviembre, Peng publicó una larga nota en la plataforma social china Weibo que estalló en la internet china.
En la publicación, acusaba a Zhang Gaoli, de 75 años, ex viceprimer ministro, de invitarla a su casa hace unos tres años y coaccionarla para que mantuviera relaciones sexuales. “Aquella tarde no di mi consentimiento”, escribió. “Estuve llorando todo el tiempo”.
Ella y Zhang comenzaron una relación consentida, aunque conflictiva, después de eso, escribió. Zhang había servido de 2012 a 2017 en el máximo órgano de gobierno de China, el Comité Permanente del Politburó.
En cuestión de minutos, los censores borraron la cuenta de Peng en la internet china. Desde entonces, se mantiene un bloqueo digital sobre sus acusaciones.
En China, las mujeres que denuncian agresiones sexuales y depredación se enfrentan desde hace tiempo a la censura y a la represión. Pero el relato de Peng, que no ha sido corroborado, es el primero que implica a un dirigente del Partido Comunista de tan alto nivel, y puede ser la razón por la que las autoridades han sido especialmente diligentes en silenciar todo debate sobre el asunto, llegando a bloquear las búsquedas en línea de la palabra “tenis”.
¿Cómo ha respondido el mundo?
Los censores podrían haber tenido éxito si Steve Simon, el director de la Asociación de Tenis Femenino, no hubiera hablado el 14 de noviembre, pidiendo a Pekín que investigara las acusaciones de Peng y dejara de tratar que el caso sea ignorado.
Enfrentarse a China ha tenido consecuencias importantes para otras organizaciones deportivas. Pero Simon dijo a la CNN que la WTA estaba dispuesta a retirar sus negocios de China por este tema.
Otras luminarias del tenis —la lista incluye hasta ahora a Naomi Osaka, Roger Federer, Novak Djokovic, Serena Williams, Rafael Nadal y Billie Jean King— se han pronunciado para apoyar a Peng. La estrella del fútbol español Gerard Piqué, con 20 millones de seguidores en Twitter, publicó el hashtag #WhereIsPengShuai.
El gobierno de Joe Biden y la oficina de derechos humanos de Naciones Unidas se han sumado a los llamamientos para que Pekín aporte pruebas del bienestar de Peng.
El sábado, The Wall Street Journal publicó un ensayo de Enes Kanter, pívot de los Boston Celtics, en el que pedía que los Juegos de Invierno se trasladaran de Pekín. Kanter ha sido un crítico declarado del gobierno chino, y ha atacado sus políticas en Tíbet, Xinjiang, Hong Kong y Taiwán.
El mes pasado, el socio de la Asociación Nacional de Baloncesto en China retiró los partidos de los Celtics de su plataforma después de que Kanter empezara a publicar sus críticas en las redes sociales.
“Todas las medallas de oro del mundo no valen para vender tus valores y tus principios al Partido Comunista Chino”, escribió Kanter en el Journal.
El Comité Olímpico Internacional dio a entender que llevaba a cabo una “diplomacia silenciosa” para desenredar la situación. Y el domingo, el comité dijo que su presidente, Thomas Bach, habló con Peng durante media hora por video. Ella le dijo a Bach y a otros dos funcionarios del COI que “se encuentra bien y a salvo, viviendo en su casa de Pekín, pero que le gustaría que se respetara su privacidad”, dijo el comité. Una foto de Peng sonriendo en una gran pantalla frente a Bach apareció junto al anuncio del comité.
Después de que el comité compartiera la noticia, la WTA reiteró su petición de una “investigación completa, justa y transparente” sobre la acusación de agresión sexual de Peng.
¿Qué ha dicho China?
Nada. Al menos, de manera oficial.
En su lugar, las organizaciones de noticias estatales chinas y sus empleados han sido las únicas voces casi oficiales del país que han intervenido. En particular, lo hacen a través de Twitter, que está bloqueado en China. Sus mensajes parecen estar dirigidos específicamente a persuadir al resto del mundo.
En primer lugar, una emisora estatal china publicó en Twitter un correo electrónico, escrito en inglés y atribuido a Peng, que desmentía la acusación de agresión y decía que ella solo estaba “descansando en casa”. Simon desestimó el correo electrónico como una burda invención y dijo que solo aumentaba su preocupación por la seguridad de la estrella del tenis.
Después, Hu Xijin, editor general del Global Times, un periódico controlado por el estado, empezó a compartir con sus 450.000 seguidores de Twitter algunos videos que parecen mostrar a Peng.
En los primeros comentarios de Hu en Twitter sobre el tema, dijo que no creía que se estuviera castigando a Peng “por eso de que la gente hablaba”, declinando incluso indicar la naturaleza de sus acusaciones.
El sábado, Hu publicó dos clips de video que dijo haber “adquirido”.
En uno de ellos, un hombre habla con una mujer que parece ser Peng en un restaurante cuando se refiere a “mañana” como 20 de noviembre. Otra mujer de la mesa lo corrige, diciendo que mañana es el 21. Peng asiente con la cabeza.
El hombre parece ser Zhang Junhui, un ejecutivo del torneo de tenis China Open.
El domingo, Hu publicó otro clip, que según él fue grabado por un empleado del Global Times, que muestra a Peng en la ceremonia de apertura de un evento de tenis en Pekín. Zhang Junhui parece estar de pie a la derecha de Peng.
El Abierto de China publicó fotos del mismo evento en su cuenta de Weibo el domingo. Las fotos muestran a Peng saludando a la multitud y autografiando pelotas de tenis, aunque la publicación no la menciona.
Hu no ha compartido ninguno de estos videos en Weibo, donde tiene 24 millones de seguidores.
En un comunicado, Simon, de la WTA, dijo que los clips por sí solos eran “insuficientes” para demostrar que Peng no enfrentaba una coacción.
“Nuestra relación con China está en una encrucijada”, dijo.