Si Estados Unidos impone finalmente sanciones contra la ex gimnasta rusa, el hecho sería considerado una escalada inaceptable por el Kremlin
“Cada familia tiene una historia de guerra”. En este caso, hay una mujer que no juega ningún papel, que ni siquiera tiene una imagen pública porque aparece lo menos posible, pero que está considerada la causa de una eventual irreversibilidad en las relaciones entre Rusia y Occidente. Alina Kabaeva es el punto de no retorno.
Si las sanciones impuestas a Rusia le afectan, Estados Unidos y Europa pierden cualquier posibilidad de recuperar una relación formal con Vladimir Putin. Esta gimnasta rítmica y modelo de 38 años, ex campeona olímpica y mundial, no es conocida por sus triunfos, sino por ser la persona más cercana al presidente ruso. Una compañera que, según los rumores que circulan desde hace años pero que nunca han sido confirmados por el Kremlin, le dio una nueva vida y tres hijos.
Se cree que poco antes de que comenzara la llamada ‘Operación especial’ en Ucrania, Kabaeva se marchó a la ciudad de Lugano con sus hijos y que allí vive en un chalet rodeado de cámaras de vigilancia y personal de seguridad. Sin embargo, el pasado sábado reapareció en Moscú, en el VTB Arena, como madrina de una competición nacional de las mejores gimnastas rusas a la que da nombre.
Al terminar la competición, Kabaeva fue invitada a dar algunos consejos a las atletas para su futura carrera. Y lo que hizo fue dar un discurso que iba mucho más allá del deporte. De algún modo, utilizó el deporte para hacer una metáfora de la situación actual. “Lo que está ocurriendo ahora, con la exclusión de nuestros atletas de las competiciones internacionales, es una de las páginas más vergonzosas de la historia moderna. Cuando se mataba a civiles en Yugoslavia, Irak, Libia y Siria, Occidente nunca tuvo un problema con ello, y nunca sancionó a ningún Estado que participara en la destrucción de esos países”, aseguró.
Estas palabras son las mismas que a menudo repite Putin, el hombre al que su nombre está asociado desde hace años. La ex atleta, a la que se apodó como ‘la mujer más ligera del planeta’ por su estilo deportivo, no habla con medias tintas. No ha ocultado su aprobación a lo que está pasando en Ucrania y añadía: “En cambio, las autoridades deportivas internacionales han explotado de rabia cuando nuestra Rusia ha decidido proteger el Donbás y Lugansk de los nazis que azotaban esas regiones”.
Para concluir, aseguraba que “Rusia fue y siempre será una gran potencia deportiva y no podéis hacer nada por impedirlo”. Kabaeva realizó estas declaraciones delante de un gran cartel en el que estaba escrita la letra Z.
UNA RELACIÓN QUE SE HIZO PÚBLICA EN 2008
Oficialmente, Putin está soltero desde que se divorció en el año 2014 de su primera mujer, Ludmila Shkrebneva. Con ella se casó en 1983 y tuvo dos hijas, Maria y Katerina, que ahora tienen 35 y 36 años.
La relación con la ex gimnasta se hizo pública en el año 2008, cuando apareció en las páginas del periódico ‘Russkij Reporter’, que cerró un mes después. En aquel momento hacía un año que Kabaeva había sido elegida como diputada para la Duma, la rama inferior del parlamento ruso. Era candidata por Rusia Unida, el partido del presidente.
En 2014 fue nombrada presidenta de NMG, el mayor grupo editorial del país, creado por el oligarca Yuri Kovalchuk, al que Estados Unidos considera el “consejero más cercano a Putin”. Se caracteriza por su fuerte pensamiento antioccidental y antilberal y por su pensamiento “conspiranoico” que se ha reflejado en sus entrevistas televisivas. En aquel mismo año, Kabaeva fue la encargada de llevar la llama olímpica en los juegos de Invierno celebrados en Sochi. No es de extrañar, porque se le considera una leyenda de la gimnasia rusa, poseedora de una medalla de oro olímpica y de nueve oros mundiales. Podrían haber sido diez si su victoria en Madrid en 2001 no se hubiera visto envuelta en una polémica por dopaje. En esa ocasión, el título fue otorgado a la subcampeona, que irónicamente era una atleta ucraniana.
En 2018, Kabaeva despareció de la vida pública salvo en el caso de breves apariciones relacionadas con su actividad deportiva. Nunca se ha filtrado nada sobre su relación con el presidente. Nunca han aparecido juntos, pero nunca ha sido un misterio que estaban muy unidos. La ex gimnasta tiene tres hijos pequeños que viven con ella. Hay pocas dudas sobre la identidad del padre, aunque ella y el Kremlin siempre han negado cualquier implicación del presidente.
Precisamente por esto, para no llegar a un punto de ruptura definitivo entre Rusia y Occidente, al imponer sanciones a Putin y a sus familiares Estados Unidos utilizó la fórmula “hijas adultas”. Así, fingía ignorar la actual situación sentimental del presidente ruso y dejando fuera a la que se considera su nueva familia y actual pareja, que en su aparición pública en el VTK Arena llevaba un anillo en su mano derecha, que es en la que en Rusia llevan la alianza matrimonial.
Ahora, según publica el ‘Wall Street Journal’, Estados Unidos estudia la posibilidad de imponerle sanciones ‘ad personam’, tal y como reclama el gobierno ucraniano. Todavía no se ha decidido nada, pero existe la posibilidad de que esto ocurra. Y el Tesoro estadounidense parece ser consciente de que habría consecuencias, porque Putin podría reaccionar de forma “extremadamente agresiva”.
Alexej Venediktov, fundador de la ya desaparecida emisora de radio ‘Echo de Moscú’, contó hace años al Corriere della Sera que el presidente ruso, con el que en la época tenía buena relación, le dijo una vez: “Sobre mí podéis escribir lo que queráis, pero mi familia es un tema tabú y nadie debe tocarla”.
Están las sanciones sobre el petróleo y el gas y después está Alina Kabaeva.
Vía: El Mundo