Signalgate: Filtración de Información Compromete a Waltz y Hegseth

Por: Rocío Rios

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Escándalo “Signalgate”: Filtración de información sensible sacude la Casa Blanca y pone en la cuerda floja a dos figuras clave de Trump

31 de marzo de 2025

Un escándalo de filtración de información ha golpeado al gobierno de Donald Trump. En lo que se conoce como el caso “Signalgate”, funcionarios de alto nivel, entre ellos el asesor de Seguridad Nacional Mike Waltz y el secretario de Defensa Pete Hegseth, se han visto envueltos en un grave error de seguridad al utilizar la aplicación de mensajería Signal para discutir detalles de un ataque militar en Yemen.

El incidente ocurrió a mediados de marzo, cuando Waltz, Hegseth, el vicepresidente JD Vance, la directora de Inteligencia Nacional Tulsi Gabbard, el director de la CIA John Ratcliffe y otros altos funcionarios optaron por coordinarse a través de Signal en lugar de usar dispositivos con “air gap” (desconectados de Internet), un protocolo estándar para proteger la información sensible. Esto dejó expuestos detalles del ataque contra los rebeldes hutíes en Yemen, que involucraban movimientos de tropas y activos militares, generando serias preocupaciones de seguridad.

La filtración se desencadenó cuando Waltz, al parecer por error, invitó al director editorial de la revista liberal “The Atlantic”, Jeffrey Goldberg, al chat. Goldberg permaneció en la conversación durante cuatro días, leyendo todos los intercambios sin que nadie lo detectara, lo que expuso secretos de estado, incluyendo la cronología del ataque y objetivos militares.

La situación ha dejado a Waltz y Hegseth bajo una enorme presión. Mientras Trump defendía a su asesor de Seguridad Nacional, alegando que “seguirá haciendo un buen trabajo”, el escándalo ha desatado especulaciones sobre las consecuencias políticas y de seguridad que este episodio podría acarrear. La indignación no solo ha surgido por la filtración en sí, sino también por la naturaleza de las conversaciones, en las que Hegseth compartió información sensible que podría haber comprometido la seguridad del personal estadounidense.

El uso de Signal como herramienta de comunicación en lugar de métodos más seguros ha encendido alarmas sobre la vulnerabilidad del gobierno de EE.UU. a posibles ciberespionajes, particularmente de naciones como Rusia o China. Los críticos también han señalado la contradicción en el comportamiento de funcionarios de tan alto rango, que eluden protocolos de seguridad al preferir apps de mensajería o teléfonos personales.

El escándalo también ha dejado mal parado a Hegseth, quien ha sido objeto de bromas por su falta de profesionalismo. El congresista demócrata Jim Himes, por ejemplo, mencionó sarcásticamente que el uso de “emojis de puñetazos y fuego” en los mensajes refleja una “falta de sobriedad”. Esta polémica se suma a las críticas previas sobre la falta de experiencia militar de Hegseth, quien fue ratificado por el Congreso solo en el último momento.

El futuro de Waltz y Hegseth en la administración de Trump parece incierto. Fuentes cercanas al presidente han revelado que Trump detesta que su equipo se convierta en el hazmerreír del mundo, y el “Signalgate” ha puesto en evidencia serias fallas de seguridad y juicio dentro de su gobierno.

El escándalo pone de manifiesto la fragilidad de los sistemas de comunicación en un gobierno donde la seguridad es fundamental y las filtraciones de información pueden tener consecuencias mucho más graves que una simple controversia política. En medio de las risas y la burla pública, la pregunta persiste: ¿cuántas veces más este tipo de errores podrían ocurrir en el futuro?