Donald Trump ha puesto los derechos de las personas transgénero en el centro de su campaña, utilizándolos como argumento clave en su discurso final antes del día de las elecciones. En sus mítines, el candidato republicano ha empleado un tono despectivo y declaraciones falsas, argumentando que la comunidad trans representa una amenaza a la identidad nacional. Su estrategia también incluye anuncios y parodias que buscan ridiculizar a las personas transgénero, especialmente en el ámbito militar, lo que ha generado tanto reacciones de aprobación entre sus seguidores como críticas por parte de defensores de derechos civiles.
En eventos de campaña, Trump ha prometido “erradicar la locura transgénero” de las escuelas y “mantener a los hombres fuera de los deportes femeniles”, lo que le ha valido aplausos de multitudes de millas de personas. Su compañero de fórmula, JD Vance, ha reforzado este mensaje, sugiriendo que los jóvenes blancos de clase media se identifican como transgénero para acceder más fácilmente a universidades de élite, criticando así la inclusión de la diversidad en dichos espacios.
Por su parte, la candidata demócrata y actual vicepresidenta Kamala Harris ha ignorado en gran medida los ataques de Trump, aunque ha rechazado su interpretación de sus posturas, subrayando que políticas de atención médica transgénero ya existían durante la administración Trump. En una entrevista, Harris señaló que, bajo su mandato, Trump permitió que personas en prisión accedieran a cirugías de cambio de género por razones médicas.
Una estrategia para dividir al electorado
Según encuestas recientes de Gallup, los estadounidenses están divididos en temas relacionados con los derechos de personas transgénero. Si bien el 51% considera moralmente incorrecto cambiar de género, una mayoría se opone a leyes que prohíban los tratamientos de afirmación de género para personas trans, evidenciando un electorado dividido.
Los defensores de derechos civiles advierten que los mensajes de la campaña de Trump podrían agravar la hostilidad hacia la comunidad transgénero. Sarah Kate Ellis, presidenta de GLAAD, expresó que estos discursos contribuyen a una cultura de intolerancia hacia personas vulnerables. Por su parte, la activista transgénero Charlotte Clymer señaló en redes sociales que los anuncios de Trump son desmoralizantes y muestran una falta de empatía hacia quienes enfrentan dificultades en su proceso de autocomprensión de género.
La táctica de Trump para galvanizar a su base con ataques contra la comunidad transgénero continúa generando polémica y preocupa a los activistas LGBTQ, quienes ven en estas posturas una amenaza a los derechos adquiridos. Los demócratas, mientras tanto, apuestan a atraer a moderados que consideran que la estrategia de Trump podría resultar divisiva para el país.
Vía Latinus
