No obstante, las expectativas deben mantenerse moderadas. Stephen Olson, exnegociador comercial de Estados Unidos, advirtió que cualquier alivio arancelario será “menor” y no implicará una solución inmediata a las profundas fricciones estructurales entre ambas potencias
Washington D.C., 9 de mayo de 2025 (EPA-EFE/Shutterstock) — El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, insinuó que los aranceles impuestos a productos procedentes de China podrían reducirse próximamente, en un gesto que ha sido interpretado como una posible señal de distensión entre las dos mayores economías del mundo.
Durante una “celebración de madres militares” en la Sala Este de la Casa Blanca, el pasado 8 de mayo, Trump hizo referencia a los gravámenes recientemente aumentados, que ahora alcanzan hasta el 145% en algunos productos importados desde China. “No se puede subir más. Está en 145, así que sabemos que va a bajar”, comentó el mandatario, en lo que parece ser una antesala de nuevas concesiones arancelarias.
Las declaraciones se producen justo cuando funcionarios comerciales de alto nivel de Estados Unidos y China se preparan para reunirse este fin de semana en Suiza, en lo que representa la señal más clara hasta el momento de una intención mutua de desescalar la prolongada guerra comercial. Trump describió el encuentro como una “reunión muy amistosa” y dijo que ambas partes “esperan hacerlo de manera elegante”.
En paralelo, el viceministro de Relaciones Exteriores de China, Hua Chunying, expresó la confianza de Beijing en su capacidad para manejar el conflicto comercial con Washington. “Tenemos plena confianza”, declaró ante medios locales.
La reunión será liderada por el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, y el viceprimer ministro chino He Lifeng, quien funge como zar económico del país asiático. Sin embargo, expertos señalan que cualquier acuerdo significativo requerirá el involucramiento directo de ambos presidentes.
“El anuncio sobre las conversaciones es un paso importante, pero aún estamos en una fase muy temprana”, advirtió Dan Wang, analista de la firma Eurasia Group, en entrevista con la BBC. “Las señales recientes de ambas partes sugieren que una desescalada transaccional está sobre la mesa”.
El exjefe de la división de China del Fondo Monetario Internacional, Eswar Prasad, coincidió: “En el mejor de los casos, se lograría una reducción parcial de los aranceles bilaterales, pero las barreras comerciales y otras restricciones seguirán siendo significativas”.
Las cifras comerciales más recientes refuerzan la urgencia del diálogo. Según datos oficiales publicados el viernes, las exportaciones de China a Estados Unidos cayeron más del 20 % interanual en abril. Sin embargo, las exportaciones totales del país asiático crecieron un 8,1 %, superando las expectativas del mercado.
Este posible giro en la política comercial estadounidense coincide con la presentación de un nuevo acuerdo arancelario con el Reino Unido, el primero desde que Trump impusiera aranceles globales a diversas economías en abril. A medida que se desarrollen las negociaciones con China, el mundo seguirá de cerca los próximos pasos de ambas potencias, cuyas decisiones repercuten directamente en la estabilidad económica global.