Ucrania lanza la “Operación Tela de Araña” y golpea bombarderos nucleares rusos en un ataque sin precedentes

Por: Rocío Rios

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Kyiv desplegó 117 drones tras 18 meses de preparación; golpeó bases militares clave en el corazón del territorio ruso

Kyiv / Moscú — En lo que ha sido calificado como un ataque de “asombroso ingenio” y magnitud sin precedentes, Ucrania llevó a cabo la “Operación Tela de Araña”, una ofensiva aérea que empleó más de 100 drones contra bases militares rusas estratégicas, impactando bombarderos de largo alcance con capacidad nuclear y causando severas pérdidas a la aviación militar de Moscú.

El ataque se llevó a cabo el domingo pasado, tras 18 meses de preparación secreta, y alcanzó instalaciones militares en al menos cinco regiones de Rusia: Murmansk, Irkutsk, Ivanovo, Ryazan y Amur, según confirmó el Ministerio de Defensa ruso. Las explosiones se registraron en múltiples husos horarios, desde el Círculo Ártico hasta la frontera con China, revelando el alcance geográfico de la operación.

La estrategia: drones ocultos en camiones

El jefe del Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU), Vasyl Maliuk, reveló que los drones fueron introducidos de contrabando en territorio ruso ocultos en cabinas de madera montadas en la parte trasera de camiones, con techos desmontables operados remotamente. Los conductores —según se presume, ajenos a la operación— recibieron instrucciones por teléfono sobre dónde estacionar los vehículos, y poco después, los drones comenzaron a despegar desde su interior.

Videos que circulan en redes sociales muestran drones emergiendo desde camiones en movimiento, mientras algunos chóferes rusos declararon haber intentado derribar los dispositivos con piedras, sin entender lo que estaba ocurriendo.

Según informes del canal ruso Baza, con vínculos a los servicios de seguridad, varios de estos conductores creyeron que transportaban estructuras prefabricadas y recibieron cambios de ruta poco antes de los lanzamientos.

Drones simples, impacto colosal

El ataque empleó 117 drones, cada uno con un piloto asignado, según el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky, quien supervisó personalmente la operación. Especialistas indicaron que se utilizaron cuadricópteros simples, probablemente guiados por GPS o satélite, capaces de transportar cargas explosivas pesadas. Las imágenes divulgadas muestran los drones cuidadosamente almacenados en almacenes de Chelyabinsk antes del despliegue.

El experto británico en drones Steve Wright calificó la ofensiva como “extraordinaria”, subrayando que la verdadera innovación estuvo en la infiltración logística y el control remoto a gran escala desde territorio hostil.

Los objetivos: bombarderos estratégicos

Ucrania reportó que 41 bombarderos fueron impactados y al menos 13 destruidos. Aunque Moscú solo confirmó daños en Murmansk e Irkutsk, imágenes satelitales y videos verificados por medios internacionales como la BBC muestran aeronaves Tu-95 y Tu-160 severamente dañadas en la base aérea de Belaya.

Estos aviones —no reemplazables porque ya no están en producción— son clave en los ataques rusos con misiles de crucero sobre Ucrania. Se cree que algunos de los bombarderos atacados lanzaron misiles Kh-101 sobre ciudades ucranianas apenas días antes del ataque.

También se habrían golpeado aviones espía A-50, fundamentales para coordinar ataques y detectar misiles enemigos. Cualquier pérdida de este tipo sería un duro revés militar para Rusia, ya que se estima que posee menos de una decena de estas aeronaves.

Reacciones y consecuencias

El presidente Zelensky calificó la operación como una acción “legítima” bajo las leyes de la guerra, afirmando que los objetivos eran aviones “que bombardean nuestras ciudades pacíficas”. Agregó que quienes colaboraron dentro de Rusia ya fueron evacuados y se encuentran a salvo fuera del país.

Según el SBU, los daños causados por “Tela de Araña” representarían pérdidas por más de 7.000 millones de dólares para Rusia.

Mientras los medios estatales rusos guardaron silencio o minimizaron los hechos, en Ucrania la operación fue celebrada como una hazaña histórica. “Estas acciones ucranianas sin duda estarán en los libros de historia”, declaró Zelensky.

La ofensiva marca un punto de inflexión en el conflicto, demostrando que Ucrania puede llevar a cabo operaciones de largo alcance, encubiertas y profundamente coordinadas en el corazón del territorio ruso, elevando la presión militar y política sobre Moscú.