Alito amarra la Senaduría indígena de Néstor Camarillo

Por: Adriana Colchado

@tamalito_rosa

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En un movido tablero político donde las piezas se mueven con astucia y premeditación, la Sala Regional del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación de la Ciudad de México (TEPJF-CDMX) ha confirmado la validez y entrega de constancia de senaduría por primera minoría a Néstor Camarillo, actual dirigente del PRI en Puebla. Esta jugada maestra, orquestada por el titiritero Alito Moreno, asegura no solo la posición de Camarillo, sino también un voto fiel en el Senado para futuros tejemanejes.

Con algunas irregularidades en casillas y una controversia no menor sobre su autoadscripción como indígena, uno podría pensar que la senaduría de Camarillo pendía de un hilo. Pero en el mundo del poder, un hilo puede ser más fuerte que una cadena cuando está sostenido por las manos correctas. Alito Moreno, con su destreza política, negoció la resolución favorable para el poblano, prometiendo, cómo no, su voto en el Senado durante la próxima gestión.

El voto del priismo, tanto en el Senado como en el Congreso, está más comprometido que nunca. Con Alito Moreno perpetuándose como líder del PRI, las elecciones internas del partido tricolor son poco más que una formalidad. Camarillo, fiel escudero de Alito, consiguió su registro como candidato indígena presentando una constancia de adscripción del ejido El Molino, declarándose descendiente de indígenas y defensor de derechos humanos.

Ahora, Camarillo paga su lealtad defendiendo a capa y espada a Alito Moreno contra cualquier priista que ose criticar sus intenciones de reelección. Con osadía, ha declarado que las quejas en su contra vienen de militantes molestos por no recibir candidaturas plurinominales, mientras él mismo, desde su posición de dirigente estatal, se aseguró un lugar en la primera fórmula al Senado. Todo esto, ocupando una plaza destinada a la inclusión de personas indígenas.