La penalista fue alcanzada por dos sicarios a bordo de una motocicleta mientras circulaba en San Pedro Cholula
Cecilia Monzón despertó este sábado recordando uno de los mandamientos del abogado, según el decálogo del jurista uruguayo Eduardo J. Couture. “Tu deber es luchar por el derecho; pero el día en que encuentres en conflicto el derecho con la justicia, lucha por la justicia”, escribió en su cuenta de Twitter antes de añadir: “Buenos días, criaturas del oeste”. Monzón era abogada, activista y feminista. Fue asesinada a balazos poco después, mientras se desplazaba en su camioneta en el municipio de San Pedro Cholula, en el área metropolitana de Puebla. Según la primera reconstrucción policial, se trata de un ataque directo perpetrado por dos sicarios que la estaban siguiendo a bordo de una motocicleta.
La abogada se ocupaba principalmente de casos de violencia machista y familiar y era conocida en Puebla por su proyección pública. Fue candidata municipal del Partido Verde Ecologista y trabajó como responsable de Desarrollo Social durante la gestión de Luis Arriaga, al que denunció por violencia política de género. La prensa local recuerda que había recibido intimidaciones y en 2019 había pedido en vano un esquema de protección por amenazas de muerte. Las investigaciones del crimen quedan ahora en manos de la Fiscalía estatal, que se ha limitado a informar de que “desarrolla diligencias con el objetivo de esclarecer el caso”.
La presidenta municipal de San Pedro Cholula, Paola Angón, ha condenado el feminicidio y ha asegurado que su administración trabajará “para dar con los autores intelectuales y materiales de este atentado”. Monzón llevaba una multitud de litigios defendiendo a mujeres, pero también denunció al exidputado del Partido Revolucionario Institucional (PRI) Jorge Estefan Chidiac por falsificación de firma, según reporta Animal Político.
En la semblanza publicada en su blog, la abogada penalista relata que desde muy joven participó en “actividades de protección a los animales y beneficencia social principalmente de jóvenes y mujeres en situación vulnerable”. Fue simpatizante priista y tuvo distintas responsabilidades como coordinadora juvenil y secretaria general del Comité Municipal de la formación en San Pedro Cholula. También fue delegada del Instituto Poblano de la Juventud del Gobierno territorial. La activista se decía “inspirada siempre por el liderazgo” de sus abuelos, Filemon Pérez Cázarez y Rafaela Menéndez del Río.
El viernes, un día antes de ser asesinada, acudió a la Fiscalía local para preguntar por qué llevaba un mes sin judicializarse la carpeta de un caso personal. Bromeó con que justo al entrar en las dependencias del organismo se le había roto una pulsera con la medalla de San Benito que acababa de estrenar. Así lo relataba en sus redes sociales, en las que solía publicar mensajes combativos y no ocultaba sus opiniones. Decenas de organizaciones, activistas feministas y plataformas en defensa de los derechos humanos han repudiado el asesinato, instando a las autoridades, al gobernador Miguel Barbosa e instancias del Ejecutivo federal como el Instituto Nacional de las Mujeres a no dejar impune el crimen.
Estudió Filosofía y Letras y en 2006 empezó a trabajar en EL PAÍS tras cursar el Máster de Periodismo del diario. En Madrid se ha ocupado principalmente de información política y, como corresponsal en la Región Andina, se ha centrado en el posconflicto colombiano y en la crisis venezolana. Actualmente trabaja en la redacción de Ciudad de México