El Club Puebla estaría a la venta. “Se viene un ‘sismo’…” David Faitelson

Ricardo Salinas Pliego lo deja todo, abandona de golpe y porrazo el futbol. Los clubes Mazatlán y Puebla están en venta y, como no tendrá ni voz ni voto en la asamblea de propietarios de equipos, también, su empresa, TV Azteca, dejará de administrar -como lo hace hasta hoy- los destinos financieros de la Selección mexicana.

Parece cansado de lo que él llama una persecución política. En Sinaloa, el gobierno priista con el que acordó la llegada del club en el verano del 2020 se ha “esfumado”. Hoy, debería recibir el apoyo o por lo menos las facilidades para negociar con los gobiernos del partido en el poder. Ha sido acusado, en algunos medios afines al oficialismo, de pretender quedarse con los terrenos que rodean al Estadio, donde ha invertido grandes cantidades de su riqueza para edificar la academia, las fuerzas básicas y un centro deportivo generado a partir de la llegada del futbol profesional.

En Puebla, el “clima” político tampoco parece el adecuado para el empresario que se encuentra enfrentado contra el poder.

El Mazatlán está a la venta. Hay una oferta de Emilio Escalante (Atlante) que, cansado de que no se reactive el ascenso, pretende comprar la franquicia para llevársela a jugar al Estadio Azteca a partir del segundo semestre del 2026. En medios se ha hablado de 65 millones de dólares. La cifra es mucho más elevada. El Puebla también está a la venta y se sabe que hay ofertas serias por el equipo.

“El futbol no es un negocio lucrativo”, dijo en algún momento Salinas. Como lo ha declarado el millonario empresario, el futbol está en Azteca como parte del legado de su antiguo socio, Moisés Saba.

En abril de este año, Salinas Pliego tuvo que pagar casi 50 millones de pesos porque sus equipos ocuparon los últimos sitios de la Tabla de Cocientes del Clausura 2025.

El impacto por su salida del futbol promete generar graves consecuencias en la estabilidad de la Liga y de la industria en general.

Las televisoras abiertas y de mayor alcance en audiencia en el País, tanto TV Azteca como Televisa, han sido, para bien o para mal, pilares indiscutibles de la boyante economía que se vive alrededor de este entretenimiento profesional.

Se va Grupo Salinas y la cuestión es: ¿Cuántos empleos quedarán a la deriva? ¿Qué impacto tendrá en el resto de los clubes? ¿Qué pasará con la selección mexicana? ¿Se mantendrán con los derechos de retransmisión de los clubes y de la propia selección o será un paso inicial antes de dejarlo todo?

La Liga MX (Mikel Arriola) está luchando por erradicar la multipropiedad. Este movimiento ayudaría en ese sentido, pero, la cuestión es: ¿Quiénes serán los nuevos inversionistas? ¿Cómo saber si los dineros proceden de fuentes legales?

El futbol en México ha sido un negocio donde las televisoras actúan de forma activa. Son dueños de equipos de futbol, son dueños de derechos de transmisión y participan en la venta de publicidad.

Televisa ha sido una empresa íntimamente ligada al juego y en 1993, cuando Salinas Pliego ganó y compró la licitación de TV Azteca, se incorporó como un socio muy dinámico. Recuerden que su entrada al futbol se originó tras un pago (estimado) de 45 millones de dólares que sirvió para que Alejandro Burillo, entonces directivo de Televisa, terminara de construir el Centro de Alto Rendimiento de la FMF, que hoy es la casa de las Selecciones Mexicanas y que albergará al Tri durante el Mundial.

El sismo está por llegar. Nadie puede imaginar todavía las consecuencias. Se está por ir uno de los personajes más trascendentes en la industria del futbol. Habrá consecuencias. Ello, téngalo por seguro.

Vía Reforma
X: @DavidFaitelson_