El gobierno de Alejandro Armenta Mier recibirá el estado de Puebla inmerso en una oleada de inseguridad, violencia y la disputa de grupos criminales, fenómenos que se reflejan tanto en las cifras de incidencia delictiva, como en los hechos cada vez más violentos que hay en las calles y espacios públicos o cerrados, e incluso en lugares exclusivos.
La reciente balacera y doble ejecución en el casino Big Bola, en el distrito Sonata de Lomas de Angelópolis, los siete cuerpos abandonados en abril en el Periférico Ecológico, así como los cuerpos y ejecuciones que se suman casi a diario, son muestra de la gravedad del problema.
Las narcomantas atribuidas al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG); los videos difundidos por el denominado “Operativo barredora”, el narco laboratorio encontrado en San Andrés Cholula y el repunte del robo de combustible también han sido signos de alerta.
A esto hay que sumar las situaciones que han exhibido la endeble gobernabilidad en varios municipios, como el reciente linchamiento de cuatro personas en Atlixco, o los delitos cometidos por los mismísimos alcaldes de Zapotitlán, Acteopan y Huehuetla, de los cuales los dos últimos ya están detenidos.
De acuerdo con datos de la Fiscalía General del Estado (FGE), en el primer semestre de este año Puebla acumuló 430 carpetas de investigación por homicidios dolosos, de manera que, en promedio, fueron asesinadas intencionalmente dos personas todos los días.
De enero a junio, también se contabilizaron 2 mil 664 carpetas de investigación por lesiones dolosas, es decir, personas que hicieron daño a otras, en muchos casos con la intención de matarlas.
A esto se suman 3 mil casos de amenazas; 996 desapariciones de personas; 964 de narcomenudeo; 25 feminicidios y 21 mil robos en sus diferentes modalidades, que junto al resto de ilícitos dan un total 39 mil 157 delitos en medio año.
Todo esto representa un reto para el nuevo gobierno de Alejandro Armenta y para las personas que designe al frente de la Secretaría de Gobernación (Segob) y de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), cuyos nombres todavía no da a conocer.
El gobernador electo anunció hace unas semanas que próximamente presentará una terna con los perfiles que propondrá para presidir la SSP en Puebla, a fin de que el futuro titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) del gobierno federal, Omar García Harfuch emita su valoración sobre cada uno.
Esto significa que la titularidad de la SSP no estará únicamente en manos del mandatario poblano, sino también del próximo gobierno de Claudia Sheinbaum Pardo, como un mensaje de coordinación, entendimiento y estrategia conjunta.
Veremos después si las responsabilidades y deslindes también serán compartidos.