La industria automotriz sostiene más de 74 mil empleos en Puebla entre directos e indirectos.
Puebla apuesta por café mientras caen ventas de autos: -0.6% en julio
Mientras el gobierno de Puebla celebra el impulso a nuevas industrias como el café o el calzado a través de la marca “Puebla 5 de Mayo”, expertos en economía advierten que está descuidando una de las columnas vertebrales del empleo y el desarrollo económico del estado: la industria automotriz que representa el 45% de la industria manufacturera estatal, que enfrenta un contexto internacional adverso que podría desencadenar una crisis de desempleo sin precedentes en la región.
Aunque es positivo diversificar las fuentes de empleo, fortalecer industrias como la zapatera o cafetalera no será suficiente para absorber el impacto de un eventual declive de la automotriz. Actualmente, Volkswagen y Audi emplean directamente a más de 14 mil personas y generan al menos 60 mil empleos indirectos en Puebla. A estas armadoras se suman 127 compañías locales dedicadas a la producción de autopartes, que abastecen no solo al mercado nacional, sino también al estadounidense.
La situación se agrava por las políticas arancelarias del gobierno de Estados Unidos, que están elevando los costos de manufactura de los vehículos fabricados en México. A partir del 1 de agosto de 2025, todas las mercancías fabricadas con cobre pagan un arancel del 50% si se exportan a Estados Unidos. Las autopartes cruzan la frontera hasta ocho veces antes del ensamblaje final, lo que multiplica el impacto.
Aunque México sigue teniendo ventajas como la cercanía geográfica con EE.UU. y el costo logístico, ya no cuenta con una ventaja competitiva plena frente a países como Japón, Alemania o Corea del Sur, pues a ellos se les impone un arancel fijo del 15% sin exigir reglas de origen como las que deben cumplir México y Canadá.
Según estimaciones, los vehículos podrían encarecerse entre 3 mil y 12 mil dólares, lo que llevará a los consumidores estadounidenses a optar por modelos más baratos producidos en Estados Unidos. Esto significaría una caída en la demanda de modelos fabricados en Puebla que representan mayores ventas, Jetta y Tiguan, con un golpe directo a las plantas poblanas y a cientos de proveedores locales.
A esto se suma una realidad educativa alineada al sector: al menos 12 universidades poblanas ofrecen carreras especializadas en ingeniería automotriz, diseño mecánico e industrial. Puebla ha construido un ecosistema técnico y profesional en torno a esta industria. Universidades como la BUAP, UTPuebla, Ibero y la UPAEP ofrecen ingenierías especializadas. Si el sector cae, miles de egresados enfrentarán una falta de oportunidades laborales.
Aunque aún no se reflejan las consecuencias más crudas de este nuevo entorno comercial, el descenso ya comenzó. De acuerdo con la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores, la venta de vehículos ligeros en julio cayó un 0.6%, lo que marca el cuarto mes consecutivo de baja. Las previsiones para el cierre de 2025 estiman una venta inferior a 1.5 millones de unidades, una desaceleración atribuida tanto al entorno arancelario como al debilitamiento de la economía mexicana.
El proyecto Olinia: una apuesta aún pequeña frente a la magnitud del sector
Como parte de una nueva estrategia nacional, el gobierno federal impulsa el desarrollo de Olinia, la primera armadora mexicana de autos eléctricos, liderada por la administración de la presidenta Claudia Sheinbaum. Aunque Alejandro Armenta ha mostrado todo su respaldo, y ofreció que la planta se ubique en Ciudad Modelo, en San José Chiapa, el impacto real de este proyecto todavía es limitado en comparación con la infraestructura automotriz instalada.
La construcción de la planta arrancó desde abril en las instalaciones del Instituto Tecnológico de Puebla (ITP), con una inversión inicial de 25 millones de pesos.
Olinia fabricará tres modelos de autos eléctricos, enfocados en movilidad urbana y reparto de última milla. Su autonomía será de 100 kilómetros y se prevé que su precio oscile entre 90 mil y 150 mil pesos. Se contempla el inicio de producción hasta 2028, y en su primera etapa solo se generarían 200 empleos directos por planta, una cifra muy por debajo del impacto laboral de Audi o Volkswagen.
Nissan cierra planta en Morelos y alerta a sector automotriz en Puebla
“Si las barbas de tu vecino ves cortar, pon las tuyas a remojar”
Este panorama ya está afectando a otras armadoras: Nissan anunció el cierre de su planta en Morelos y el traslado de operaciones a Aguascalientes. Aunque Puebla aún conserva su peso como centro automotriz, los analistas advierten que, si no se toman medidas urgentes, podría seguir el mismo camino.
En este contexto, resulta preocupante que el gobierno estatal, encabezado por Alejandro Armenta, no haya presentado una estrategia clara y realista para blindar a la industria automotriz de estos embates. Aunque iniciativas como “Puebla 5 de Mayo” generan empleos, no están a la altura del peso económico, la infraestructura y la mano de obra especializada que representa la industria automotriz en Puebla.
¿Quién empleará a los ingenieros especializados si la industria se debilita? ¿Cuántos empleos se pueden perder por la falta de previsión? La diversificación no puede usarse como pretexto para el abandono de sectores estratégicos.
Puebla alberga la Casa de Diseño de Olinia, la primera armadora 100% mexicana de autos eléctricos.