La ex líder del Congreso, hoy titular de Bienestar, podría ser el fiel de la balanza
Aunque en público muchos actores intentan bajar la presión —porque a nadie le conviene admitir que ya arrancó la carrera—, en realidad el 2027 sí es la antesala directa del 2030.
En Puebla, el que controle la capital en 2027 carga una credencial política que pesa en la mesa de negociación nacional: la alcaldía de la ciudad más poblada del estado siempre ha sido, de hecho, el candidato/a natural hacia Casa Aguayo.
La verdadera batalla está en Morena, no en la oposición
PAN y Movimiento Ciudadano podrán intentar disputar el territorio, pero la batalla central está en Morena, donde el color guinda sigue teniendo el sartén por el mango para 2027.
Dentro del partido oficialista, tres grupos y tres nombres compiten ya, con estructuras reales, operación territorial y padrinos políticos al más alto nivel:
1. Claudia Rivera Vivanco: la experiencia, la estructura y la bendición nacional
La exalcaldesa y actual diputada federal Claudia Rivera no solo es la figura más conocida de los tres; también es la que ha trabajado más años la capital y el estado. Su nombre circula en las mesas de Morena nacional con comodidad, y su operación política se ha vuelto quirúrgica: alianzas, reconciliaciones y presencia en territorio. La respalda Maria Luis Alcalde, líder nacional del partido guinda e inteligentemente se ha acercado a Ricardo Monreal para que este sea el puente que necesita con el gobernador Armenta.
Claudia no improvisa.
Claudia entiende el poder.
Y su grupo tampoco llega solo.
2. Pepe Chedraui: el poder en funciones, la visibilidad y el impulso empresarial
El actual alcalde Pepe Chedraui quiere repetir en 2027 y, desde ahí, empujar la puerta del 2030. Tiene a su favor dos cartas clave:
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Gobierna la capital.
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Cuenta con respaldo empresarial y con el cabildeo del grupo del exgobernador Sergio Salomón, hoy titular del INM, que mueve piezas en Palacio Nacional.
Pepe entiende algo que en política pesa:
la calle enamora, y él está todos los días ahí.
A veces basta con que te vean, que te saluden, que te ubiquen.
Esa visibilidad vale oro en tiempos electorales.
3. José Luis García Parra: el favorito del gobernador, el operador, el hombre del sistema
El tercero en la mesa es José Luis García Parra, coordinador de gabinete estatal y perfil que el propio gobernador Alejandro Armenta ha empujado públicamente.
Es el candidato del grupo en el poder.
Es el rostro que el empresariado ha comenzado a conocer.
Es el nombre que aparece en espectaculares de revistas de liderazgo en toda la zona conurbada.
Y es, en síntesis, la carta del estado.
El problema real: quien gane, tendrá a los otros dos en contra
En Puebla, la unidad nunca ha sido automática.
Y aquí viene la lectura fina:
El que gane la candidatura de Morena en 2027 tendrá a dos grupos enteros operando en su contra.
Estructuras, operadores, liderazgos intermedios, militancia herida y hasta actores externos podrían empujar para que “al elegido” le vaya mal.
Nada une tanto a los opositores como la posibilidad de ver caer al rival interno.
Por eso, en los pasillos del poder comenzó a circular otro nombre.
La carta “salomónica”: Laura Artemisa García Chávez
No por Sergio Salomón. Por
En todos los cuarteles guindas que hay en el Estado, saben que García Parra es la carta fuerte de AA para sucederlo en 2030l, razón por la cual buscan impedir que llegue a las boletas en la elección intermedia. Por ello, la decisión más Salomónica que podría tomar el gobernador es mandar a su otra carta fuerte: Laura Artemisa García Chávez. Ex presidenta de la Junta de Gobierno del Congreso y hoy titular de Bienestar en el gobierno estatal.
Tiene varias ventajas:
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Es del grupo Armentista, sí, pero no provoca rechazo en los otros dos.
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No tiene ambición ciega al 2030, lo cual la vuelve confiable.
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Es leal, disciplinada y sabe los tiempos de la política.
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No atropella, no confronta, no polariza.
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Sabe negociar en terreno ajeno, incluso hostil.
Y en un escenario de fractura interna, eso vale. Además, es la única que podría jugar el 2027 y dejar la cancha abierta para 2030, donde Claudia, Pepe y José Luis volverían a disputarse el futuro.
Artemisa, en cambio, es maestra no solo en aula:
sabe navegar en tormenta, sabe conciliar, sabe esperar.
Y por más que algunos intenten decir que las intermedias no cuentan, en Puebla ya se está jugando la sucesión.
El tablero se movió.
Las piezas están colocadas.
Y la pregunta no es si habrá guerra interna…
sino quién sobrevivirá para llegar vivo a la boleta del 2030.