Al interior de Acción Nacional, el nuevo dirigente Mario Riestra enfrenta grilla por la posibilidad de aliarse nuevamente con el partido tricolor para el proceso electoral extraordinario en 4 demarcaciones.
El resultado de las elecciones del 2 de junio, donde Morena arrasó con los principales cargos en disputa, ha dejado profundas cicatrices en el PAN de Puebla. Las críticas apuntan a Augusta Díaz de Rivera, quien lideró al partido en ese momento y optó por competir en coalición con PRI, PSI y el extinto PRD, decisión que, según algunos militantes, selló el destino de la derrota.
Ahora, Mario Riestra, sucesor de Díaz de Rivera, ha retomado las conversaciones con Néstor Camarillo, dirigente del PRI, para supuestamente definir la estrategia conjunta en las elecciones extraordinarias que se celebrarán este año en cuatro municipios de Puebla: Ayotoxco de Guerrero, Chignahuapan, Venustiano Carranza y Xiutetelco. Estas reuniones buscan establecer una estrategia más efectiva, aunque muchos dentro del PAN temen que una nueva alianza pueda resultar en una repetición de los malos resultados.
En la elección anterior, la coalición repartió las candidaturas proporcionalmente, lo que permitió que Néstor Camarillo del PRI obtuviera una posición sin realizar campaña. Mientras tanto, los candidatos del PAN, Mario Riestra y Eduardo Rivera, quedaron opacados por el dominio de Morena en las urnas. Este reparto desigual ha generado descontento entre los panistas, quienes ahora debaten si es conveniente repetir la fórmula o buscar un camino independiente para las elecciones extraordinarias.