La casa del horror en Coronango: gritos, fosas y silencio oficial

Por: Rocío Rios

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Crimen a plena vista, vecinos denuncian omisión ante gritos y escándalos en la casa del horror en Coronango

Coronango, Pue., 18 de julio de 2025 — Durante meses, vecinos del barrio del Tepeyac vivieron con miedo, insomnio y sospechas en torno a una casa que, bajo la fachada de un “anexo”, operaba como presunto centro de operaciones del criminal Federico ‘El Patuleco’, señalado como responsable de múltiples desapariciones en la zona metropolitana de Puebla. Hoy, con el cateo de la Fiscalía y el hallazgo de restos humanos, los temores de los habitantes se han confirmado de la forma más brutal.

Vecinos entrevistados por MTP Noticias relataron que durante las madrugadas era común escuchar gritos, escándalos y volumen excesivo en la televisión, lo que, lejos de ser tratado como un incidente aislado, se convirtió en una rutina que alteró la vida de toda la privada. A pesar de las señales, nadie actuó a tiempo.

“Primero se escuchaba que le subían demasiado volumen a la televisión, aun así se escuchaban gritos en el lugar. Era algo constante y no dejaban dormir”, dijo un vecino, visiblemente molesto.

Una guarida criminal a metros del poder municipal

La vivienda donde operaba ‘El Patuleco’ se localiza a solo cinco calles del palacio municipal de Coronango y a dos de la unidad deportiva más importante de la zona. A pesar de la cercanía con la sede del gobierno local, encabezado por el alcalde Armando Aguirre, ninguna autoridad actuó con diligencia, aun cuando las señales de alerta eran constantes.

El inmueble está al fondo de una privada sobre la avenida 16 de Septiembre Sur, en un corredor de ocho casas en renta. Los vecinos relatan que el anexo cambió de ubicación dentro de la misma calle: comenzó en una casa a la mitad del corredor y luego se instaló en la última, donde fue intervenido por la Fiscalía General del Estado de Puebla.

Lo que la comunidad sospechaba, la Fiscalía lo confirmó

Durante el cateo realizado por agentes ministeriales, se descubrió al menos una fosa clandestina con restos óseos, lo que apunta a que el lugar funcionaba como punto de desaparición y posible ejecución de víctimas. Federico ‘El Patuleco’ es investigado por su presunta responsabilidad en más de una decena de desapariciones, la mayoría de jóvenes de la zona metropolitana.

Fallas estructurales y silencio institucional

Más allá de la brutalidad del hallazgo, el caso exhibe un preocupante patrón de omisión institucional, negligencia municipal y desprotección ciudadana. Los vecinos hicieron lo que pudieron: observar, soportar, advertir. Pero ni la policía municipal, ni las autoridades de proximidad, ni el propio Ayuntamiento actuaron oportunamente.

¿Cómo es posible que un centro de desapariciones operara a plena vista, en una zona habitacional, sin que se activaran protocolos de seguridad ni vigilancia preventiva?

El escándalo también lanza preguntas al gobierno estatal y a las instituciones de salud mental o rehabilitación, dado que el inmueble se hacía pasar por un anexo. En Puebla, proliferan este tipo de centros “fantasma” que escapan a la regulación y que en muchos casos se convierten en lugares de encubrimiento para delitos mayores.

¿Quién protege realmente a los ciudadanos?

Mientras el caso avanza en las manos de la Fiscalía, la comunidad exige algo más que justicia tardía: respuestas, vigilancia efectiva y compromiso real con la seguridad barrial.

Los gritos, los escándalos y el constante entrar y salir de jóvenes no eran secretos. Lo que había era, según los vecinos, indiferencia desde arriba y miedo desde abajo. Y en esa combinación, se gestó un crimen sostenido en el tiempo.