Falta un mes para que se den a conocer los nombres de las personas que continuarán en el proceso interno de Morena para la selección de los candidatos y las candidatas a las presidencias municipales, regidurías, diputaciones locales y sindicaturas municipales. Es decir, de todos los que se inscribieron, apenas el 9 de marzo dirán quiénes fueron los aprobados y cuyos nombres ahora sí serán sometidos a las famosas encuestas.
Este nuevo método de selección de candidatos ha generado más contras que pros, pues por mucho que el partido ha intentado trasparentar la selección de las personas que irán en las boletas en 2024, se tienen muchas dudas sobre la certeza de los números.
Incluso han sido los mismos militantes quienes han señalado que no se trata de otra cosa más que de imposición o el ya conocido “dedazo” disfrazado de encuesta. Y esto genera mayor molestia al interior del partido, pues los intereses de las cúpulas se han colocado por encima de las necesidades de la coalición. Además de la total aceptación de perfiles de otros partidos que han aplicado el “chapulinazo” en pleno año electoral.
Todo esto tienen al rojo vivo las emociones de los morenistas “puros” y no tan “puros”. Las inconformidades provocaran dos desbandadas: la primera y más dolorosa será la frontal, de todos aquellas que renunciarán abiertamente al partido y se irán con la oposición. Y la segunda, la más peligrosa, pues se trata de aquellos que se quedarán aun con la molestia, pero desde el interior del partido jugarán para el otro equipo.
Así que a los que ya se han colocado en frente no les quedará de otra más que cuidar su espalda y ser más cautelosos en cualquier paso que den.