Se frena el fichaje morenovallista
Integrar a Marcelo de nuevo en el aparato universitario habría sido una bomba política, sobre todo cuando el gobernador Alejandro Armenta repite en cada oportunidad que el morenovallismo fue la etapa de “despilfarro y saqueo” más costosa para Puebla.
Puebla, Pue. — Marcelo García Almaguer no llegó.
Su nombre sonó fuerte, su retorno parecía inminente, y hasta se había dicho que asumiría un cargo clave en Comunicación Social de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), el departamento con un gran presupuesto en difusión institucional del estado. Pero todo se cayó.
Su pasado pesó mas que su experiencia.
Marcelo quedó fuera del tablero por el momento, sus promotores aun no dan cerrado el tema y lo buscan incluir en el aparato universitario, en la nomina, en donde se tomen las desiciones de poder.
La BUAP comenzó la segunda etapa del rectorado de María Lilia Cedillo Ramírez con una reconfiguración estratégica de su estructura de comunicación, y nombró a Jorge David Cortés Moreno como nuevo director de Comunicación Institucional. A su vez, ratificó a Edwins García Hernández dentro del primer círculo de la Rectora, ahora al frente de la Dirección de Gestión de Rectoría.
Garcia Almaguer, el hombre que un día controló la pauta en Puebla.
En los pasillos de la universidad y de los medios se hablaba de una “nueva fórmula” de comunicación:
por primera vez se dividiría el área en dos frentes.
Uno formal, para la relación institucional; y otro digital, un area donde se generan las narrativas, donde se gana o se pierde la guerra politica .
Ese segundo cargo habría recaído en Marcelo García Almaguer, un nombre de alto voltaje político en Puebla.
Y ahí comenzó el problema.
Durante el morenovallismo, Marcelo fue figura central del control mediático, responsable de ejecutar el tristemente célebre “Tri-Pack”, un esquema en el que ningún medio obtenía contratos de publicidad con el gobierno estatal, la BUAP o los municipios si no contaba con su visto bueno.
Él decidía qué medio entraba y cuál quedaba fuera.
El poder tras la pauta.
Hizo muchos amigos, algunos falsos y pocos verdaderos, tambien hizo enemigos, la mayoria reales.
Integrar a Marcelo de nuevo en el aparato universitario habría sido una bomba política, sobre todo cuando el gobernador Alejandro Armenta repite en cada oportunidad que el morenovallismo fue la etapa de “despilfarro y saqueo” más costosa para Puebla.
Ejemplos: El museo Barroco y la concesion a aguas de puebla
Incorporarlo hubiese sido mal visto enel circulo de poder local.
El mensaje de Cedillo: autonomía sin guerra
En lugar del ruido, la administración universitaria optó por la prudencia.
El único nombramiento oficial fue el de Jorge David Cortés Moreno, doctor en Administración Pública, investigador con más de 25 años en la BUAP y cofundador del Instituto de Ciencias de Gobierno y Desarrollo Estratégico.
Un académico, no un operador político.
Ligado al Aguerismo, periodo donde fue titular de Comunicación Social.
Pero esa es otra historia.
A su alrededor, Cedillo consolidó un equipo de confianza formado por:
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Edwins García Hernández, en Gestión de Rectoría.
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Mary Kriss Parra Górriz, en Publicaciones.
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María de Jesús Natalia González Rosas, en la Subdirección Administrativa de Comunicación.
Es claro que la universidad no solo ha optado por perfiles universitarios y academicos, tambien quiere tener una relación que no tense las relaciones con el estado.
Integrar a Marcelo habría sido interpretado como un guiño al panismo de Moreno Valle, un acto de autonomía que el gobierno estatal habría leído como provocación.