Stellantis pausa producción en México y alerta a Puebla por efectos de aranceles de Trump
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Puebla exporta 61% de sus autos a EE.UU.; Tiguan y Jetta, los más afectados
El gigante automotriz Stellantis NV, fabricante de los emblemáticos camiones Ram y vehículos Jeep, anunció el jueves 3 de abril una pausa temporal en sus operaciones de ensamblaje en México y Canadá, como consecuencia directa de los nuevos aranceles del 25% impuestos por el expresidente estadounidense Donald Trump a los automóviles importados. Esta decisión también conllevó el despido temporal de 900 empleados en cinco instalaciones de Estados Unidos.
Las plantas afectadas en Norteamérica incluyen la fábrica de ensamblaje Windsor Assembly en Canadá, donde se producen las minivans Chrysler Pacifica, Voyager y el Dodge Charger Daytona, la cual suspenderá actividades durante dos semanas; y la planta de Toluca, México, responsable del armado del Jeep Compass y Jeep Wagoneer S, que estará fuera de servicio durante todo abril. Estas pausas se acompañan de ajustes en las plantas estadounidenses de tren motriz y estampado que proveen piezas a estas fábricas.
La tasa básica de importación en Estados Unidos es del 2.5%, pero con el nuevo arancel de Trump escalando al 25%, las armadoras deben replantear su logística y estrategias comerciales. Aunque las empresas que importan autos desde México o Canadá podrán deducir el valor de las piezas estadounidenses del arancel, el golpe a la industria ha sido inmediato.
En una carta dirigida a sus trabajadores, Antonio Filosa, director de operaciones de Stellantis para América, explicó que la empresa continúa evaluando los impactos a mediano y largo plazo de esta política arancelaria. Filosa destacó que estas decisiones, aunque difíciles, son necesarias ante las condiciones actuales del mercado.
Puebla, en alerta máxima: podrían frenarse exportaciones y empleos
Aunque la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, minimizó los efectos de esta medida afirmando en su conferencia matutina que no habrá despidos en México y que el cierre de Stellantis es meramente temporal, en Puebla la preocupación es creciente. “Cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar” aplica perfectamente en este caso.
De acuerdo con un estudio del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP) de la Cámara de Diputados, Puebla será el tercer estado más afectado del país por la entrada en vigor del arancel de 25% a vehículos exportados a Estados Unidos. Solo la Ciudad de México (45.6%) y el Estado de México (19.7%) tienen una mayor participación en exportaciones del sector automotriz que Puebla (17.9%).
La relación comercial entre Puebla y Estados Unidos es profunda: el 61% de los vehículos que se exportan desde esta entidad tienen como destino el país vecino. Según el INEGI, en 2024 se exportaron 470 mil unidades desde Puebla, de las cuales 286 mil 984 se dirigieron a territorio estadounidense. Modelos como el Tiguan (90,886 unidades), Jetta (73,462), Taos (66,790) y la Audi Q5 (55,846) lideran estas exportaciones.
La Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (CANACINTRA) informó que ya hay señales claras de afectación: al menos seis empresas del sector automotriz, autopartes y metalmecánica en Puebla han frenado sus inversiones a corto plazo ante la incertidumbre que genera la nueva política comercial.
Además de los vehículos, Puebla también ocupa el octavo lugar nacional en exportación de autopartes, con una participación promedio del 6.25%. Esto implica un doble impacto: en la producción final y en la cadena de suministro.
El documento del CEFP advierte que la industria automotriz mexicana ha sido durante décadas uno de los pilares económicos del país y que estas medidas podrían generar incertidumbre para nuevas inversiones, afectaciones laborales y una disminución significativa en la producción.
Las estimaciones más alarmantes indican que el costo final de los vehículos podría aumentar hasta 12 mil dólares, lo que se traducirá en una caída de la demanda de los modelos fabricados en México, incluyendo los de Puebla. Ante este escenario, el sector privado ya plantea la urgente diversificación de mercados para reducir la dependencia del mercado estadounidense.
Por el momento, tanto Volkswagen de México como Audi México, así como otros organismos empresariales involucrados, han preferido mantener silencio y no emitir postura pública.