CIUDAD DE MÉXICO.- Claudia Sheinbaum, virtual presidenta electa de México, ha delineado su postura respecto a las reformas constitucionales propuestas por el actual presidente, Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Con Morena y sus aliados consolidándose como la principal fuerza en el Congreso, Sheinbaum enfatiza la importancia de un proceso abierto y participativo para discutir estas reformas.
En declaraciones recientes, Sheinbaum subrayó la necesidad de someter las reformas, especialmente las que afectan al Poder Judicial y el denominado plan C, a un parlamento abierto. Este enfoque busca garantizar que las propuestas sean explicadas detalladamente, debatidas ampliamente y, si se considera adecuado, aprobadas con el consenso necesario.
“El proceso de aprobación de la reforma al Poder Judicial y del paquete de iniciativas del plan C aún no está definido”, afirmó Sheinbaum. “Debemos abrir el diálogo, explicar las propuestas y, en su momento, aprobarlas si se considera conveniente”, agregó, asegurando que estas reformas no perjudicarán a los trabajadores del sector judicial. “No se va a perjudicar a nadie, y es necesario que este proceso sea conocido y discutido ampliamente”, puntualizó.
Sheinbaum promueve un enfoque inclusivo y deliberativo, contrastando con la imposición unilateral de las reformas. Esta postura responde a las críticas y preocupaciones generadas por las propuestas de AMLO, especialmente en lo que se refiere a la independencia y el funcionamiento del Poder Judicial.
Por su parte, López Obrador ha defendido la necesidad de una reforma integral del Poder Judicial, argumentando que este órgano está “tomado” por intereses minoritarios. Propone un mecanismo en el que el Poder Judicial, el Legislativo y el Ejecutivo puedan presentar candidatos para integrar este órgano, con el objetivo de combatir la corrupción y mejorar la justicia en México.
Sheinbaum, sin embargo, parece inclinarse por una aproximación que permita un mayor debate y participación ciudadana en el proceso de reforma. Su insistencia en la apertura del diálogo y la transparencia refleja una postura más conciliadora, orientada a asegurar que las reformas sean comprendidas y aceptadas por un amplio espectro de la sociedad mexicana.