La exalcaldesa Irene Olea logró devolverle al municipio de Izúcar de Matamoros la tan anhelada tranquilidad y paz social mediante acciones contundentes en materia de seguridad pública durante su gestión.
Olea, quien estuvo al frente de la presidencia municipal, explicó que en los primeros 100 días de su administración se desplegaron diversas acciones gubernamentales que arrojaron un balance muy positivo.
“En todo inicio hay complicaciones, pero llegamos con el conocimiento necesario para actuar de manera efectiva”, expresó.
En el ámbito de la seguridad pública, Izúcar de Matamoros ocupaba una posición geográfica estratégica al ser un enlace hacia Cuautla, Puebla, Guerrero y Oaxaca, lo que generaba un importante flujo económico y poblacional. Ante esta situación, se implementaron estrategias para reducir los índices delictivos, recuperando vehículos robados y reforzando la vigilancia en días de tianguis y mercados.
La exalcaldesa destacó la reposición e instalación de más de mil 500 luminarias para combatir la oscuridad en la cabecera municipal, así como la realización de 3,500 acciones de disuasión del delito mediante la activación de videocámaras de seguridad y la coordinación con municipios vecinos como Chietla, Atzala, Epatlán y Tilapa.
Con el apoyo del gobernador Miguel Barbosa, se repusieron tres patrullas y se recibieron cuatro más en condiciones óptimas, además de uniformes completos para las fuerzas policiales. Se realizaron pruebas de control de confianza al personal policial en activo y se continuó con su capacitación.
En cuanto a protección civil, se instaló la primera alarma sísmica en Casa Colorada, y se planeaba la apertura del área de inteligencia de la policía municipal.
En términos de reactivación económica, tras la apertura al cien por ciento de la economía local por parte del gobernador, se reactivaron eventos como el Huateque de Día de Muertos, promoviendo el consumo local mediante la economía solidaria.
Además, se anunció la apertura de una moderna oficina regional de pasaportes de la Secretaría de Relaciones Exteriores en Izúcar de Matamoros, lo que representaría un importante ahorro y comodidad para los habitantes del municipio.
Con estas acciones, Irene Olea dejó un legado significativo en Izúcar de Matamoros, contribuyendo a mejorar la calidad de vida de sus habitantes y fortaleciendo el desarrollo integral del municipio