14 Años Después: La Lucha Incesante por Justicia y Memoria para Jorge y Javier

"...No supimos la verdad completa desde un principio, nos decían por partes, nos querían ocultar algunas cosas. Pasaba tiempo y nos enterábamos de otra cosa", describe Haydee, hermana de Javier Francisco Arredondo.
Jorge Antonio Mercado Alonso y Javier Francisco Arredondo Verdugo

Por: Jacobi Angélica Barraza Morales

jacobi_bm

COMPARTE:

Facebook
X
WhatsApp

A 14 años de los trágicos acontecimientos que cobraron la vida de Jorge Antonio Mercado Alonso y Javier Francisco Arredondo Verdugo, estudiantes del Tecnológico de Monterrey, sus familiares aún luchan por encontrar justicia y medidas de reparación del daño. Este caso ha sido una larga travesía marcada por obstáculos y falta de transparencia por parte de las autoridades.

El fatídico 19 de marzo de 2010, bajo la administración del entonces presidente Felipe Calderón, estos jóvenes de ingeniería, con apenas 23 y 24 años de edad, fueron víctimas de un ataque mortal perpetrado por miembros del Ejército. Los militares, en un intento de encubrir su accionar, buscaban robar la identidad de Jorge y Javier para fabricar una escena del crimen que los presentara como sicarios.

La versión oficial, respaldada por el entonces gobernador de Nuevo León, Rodrigo Medina de la Cruz, afirmaba que los estudiantes estaban armados y buscaban esconderse en las instalaciones estudiantiles, lo que llevó a un trágico enfrentamiento con los militares. Sin embargo, las investigaciones posteriores demostraron una realidad distinta: los jóvenes fueron asesinados de forma arbitraria, con pruebas sembradas y sus cuerpos manipulados para crear un montaje que los incriminaba falsamente.

Las familias de Jorge y Javier han enfrentado más de una década de batalla legal en busca de justicia contra los responsables de este crimen. Sin embargo, a pesar de la sentencia de 90 años de prisión dictada el 18 de octubre de 2023 contra los cinco militares involucrados en el ataque, aún no se han asignado medidas de reparación del daño a los familiares. Además, persisten cargos pendientes contra los militares y falta establecer garantías de no repetición para evitar futuros casos similares.

LA LUCHA POR LA JUSTICIA CONTINÚA

El camino de las familias en busca de justicia ha estado plagado de negativas, contradicciones y ocultamiento de información, según relata Reyna Haydeé, hermana de Javier Francisco Arredondo. “Ha sido un camino largo, duro, difícil y sobre todo triste. No supimos la verdad completa desde un principio, nos decían por partes, nos querían ocultar algunas cosas. Pasaba tiempo y nos enterábamos de otra cosa”, describe Haydee.

El documental “Hasta los dientes”, dirigido por Alberto Arnaut y amigo de la familia Arredondo Verdugo, fue un primer paso en la búsqueda de la verdad. Este documental arrojó luz sobre los hechos y ayudó a demostrar que los jóvenes no eran sicarios, sino víctimas de una ejecución por parte de los militares.

Posteriormente, la Comisión Nacional de Derechos Humanos, a través de la Recomendación 45/2010, confirmó que Jorge y Javier no murieron en un enfrentamiento, sino que fueron asesinados de manera premeditada y con ventaja por los uniformados.

FALTA DE REPARACIÓN Y GARANTÍAS

A pesar de la condena de 90 años de prisión dictada contra los militares, esta aún no es definitiva debido a la apelación de su defensa. Además, siguen pendientes los juicios por los delitos de robo de identidad, abuso de fuerza y alteración de los hechos.

La falta de una sentencia definitiva impide que las familias de las víctimas accedan a una reparación integral del daño, que incluiría una indemnización económica y garantías de memoria y no repetición. Aunque en marzo de 2019 recibieron una disculpa pública por parte de las autoridades, las familias consideran que la justicia aún les queda a deber por los años de retraso en el proceso judicial.

En resumen, a 14 años del asesinato de Jorge y Javier, la lucha de sus familiares continúa en busca de verdad, justicia y reparación. Este caso representa un recordatorio doloroso de la violencia institucional y la lucha constante por los derechos humanos en México.