El miércoles 6 de marzo, Palacio Nacional se vio envuelto en una caótica jornada de protestas lideradas por los familiares de los normalistas desaparecidos en Ayotzinapa en 2014. Esta situación representa uno de los mayores reclamos que ha enfrentado Andrés Manuel López Obrador durante su presidencia.
El presidente mexicano está convencido de que detrás de las crecientes y enérgicas reacciones de los familiares se encuentra un interés extranjero, señalando directamente a la DEA (Agencia Antidrogas de Estados Unidos). Este señalamiento se suma a las recientes tensiones entre la administración de López Obrador y la DEA, tras las notas de prensa que vinculan a su familia con el crimen organizado, notas que el presidente ha atribuido a esta agencia estadounidense.
López Obrador sostiene la firme creencia de que la DEA, bajo la dirección de Anne Milgram, busca desestabilizar su gobierno. Además, el presidente afirma que desde esta agencia se ha facilitado información a los familiares sobre el papel de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) en la trágica noche que marcó el gobierno de Enrique Peña Nieto.
Estas afirmaciones de López Obrador revelan un clima de desconfianza y tensión entre su administración y la agencia estadounidense, en un momento crítico donde las demandas de justicia por el caso Ayotzinapa vuelven a ocupar el centro de la atención pública en México.
Información tomada de La Política Online
