Hijo de AMLO responde a señalamientos y revive debate sobre austeridad y vida privada
Andrés Manuel López Beltrán, hijo del expresidente Andrés Manuel López Obrador, volvió a colocarse en el centro del debate público al publicar un mensaje en sus redes sociales para responder a las críticas por fotografías difundidas recientemente con sus hijos menores. En su comunicado, negó ser funcionario, aclaró que no maneja recursos públicos y defendió su derecho a la vida privada.
“No soy funcionario público. No tengo ningún cargo ni manejo recursos del gobierno. Trabajo, como muchas otras personas, y cuando se puede, también busco compartir tiempo con mi familia”, escribió López Beltrán, conocido popularmente como Andy López, al señalar que las imágenes difundidas —primero con su hijo Salomón y después con su hija Natalia— no deberían ser motivo de cuestionamiento o especulación.
El hijo del exmandatario subrayó que lleva años soportando señalamientos sobre su supuesto desempleo y recordó que no todo trabajo se presume ni se publica. “El tiempo y la verdad siempre ponen las cosas en su lugar”, remató en su mensaje.
Sin embargo, la publicación volvió a encender el debate sobre su papel dentro del movimiento político fundado por su padre, ya que, aunque asegura no ocupar cargos oficiales, Andrés Manuel López Beltrán mantiene un rol clave en la estructura de Morena, según diversas crónicas periodísticas. Su influencia interna y su cercanía con las decisiones políticas contrastan con la defensa personal de que sus actividades “no buscan reflectores”.
La polémica se intensificó con la comparación que usuarios y medios hicieron con la postura de la escritora Beatriz Gutiérrez Müller, esposa del expresidente, quien durante el sexenio defendió a su hijo menor con la frase #ConLosNiñosNO, solicitando que no se usara la imagen de Jesús Ernesto López Gutiérrez en medios ni redes sociales.
En este caso, las críticas hacia López Beltrán no se centran en la exposición de sus hijos, sino en la coherencia entre su estilo de vida y el principio de austeridad republicana que su padre convirtió en bandera política. En días recientes, fue cuestionado por un viaje a Japón, un destino que varios opositores señalaron como contradictorio frente al discurso de sobriedad y cercanía con el pueblo.
Aunque su mensaje insiste en que no maneja recursos públicos, especialistas en transparencia y finanzas públicas apuntan que la vida privada de familiares directos de un expresidente que ejercen influencia política sí es de interés público, especialmente cuando se trata de un dirigente informal en el partido gobernante. El debate sobre si existe o no congruencia entre el discurso y la práctica de la austeridad se mantiene abierto.
Para algunos analistas, el tema va más allá de un ataque personal: plantea la pregunta de si la opacidad en las finanzas y la ausencia de rendición de cuentas en figuras cercanas al poder podría configurar, de comprobarse irregularidades, un posible caso de evasión fiscal o conflicto de interés.
Mientras tanto, el mensaje de López Beltrán acumula miles de reacciones, manteniendo viva la controversia y recordando que, aun fuera de un cargo público, la política mexicana no concede anonimato a quienes orbitan el núcleo más cercano del poder.