El exgobernador de Jalisco sabía que los pistoleros del “Mencho” lo querían ultimar: desde el 2018 lo reconoció públicamente. Su asesinato siguió un meticuloso modus operandi para evitar errores.
Por Óscar Balderas
EMEEQUIS.– El 21 de mayo de 2018, el entonces gobernador de Jalisco, Aristóteles Sandoval, convocó urgentemente a una rueda de prensa en el Palacio de Gobierno en Guadalajara.
Llegó sin corbata, apresurado y con el rostro desencajado. Cuando se colocó detrás del atril se le unió, a la izquierda, su exfiscal y secretario de Trabajo, Luis Carlos Nájera, quien llevaba una venda con discretas manchas de sangre seca en una mano.
Horas antes, Nájera había sufrido un atentado que había librado por poco: un comando armado del Cártel Jalisco Nueva Generación le había tendido una embosacada en un restaurante de lujo y abrió fuego contra él; sus escoltas lograron contener la agresión, huir con su protegido y saldar el ataque en cuatro civiles heridos, tres escoltas lastimados y seis detenidos. Ningún fallecido.
A los reporteros locales se les había avisado que el mandatario priísta daría a conocer detalles del atentado y de las represalias del cártel por el atentado frustrado: mientras Aristóteles Sandoval arribaba a la conferencia de prensa, dos vehículos ardían en la zona poniente de Zapopan.
Nadie esperaba que, además del parte policiaco del más reciente atentado del Cártel Jalisco Nueva Generación, el gobernador Aristóteles Sandoval confirmara que estaba en la mira de los pistoleros de Nemesio Oseguera Cervantes, “El Mencho”.
Aspecto de la zona donde ocurrieron los hechos en Puerto Vallarta. Foto: Cuartoscuro.com.
A MÍ TAMBIÉN ME AMENAZARON
“Este combate directo y decidido (de mi administración contra el crimen organizado) ha costado amenazas a quienes encabezamos el estado, la fiscalía estatal, así como autoridades políticas, como el secretario general de Gobierno y un servidor”, dijo Aristóteles Sandoval.
“Decirlo no busca envalentonarnos antes los hechos, sino simplemente establecer con toda certeza que la postura de mi gobierno ha sido no negociar, ni dialogar con delincuentes y no doblar los brazos”.
Era imposible saberlo, pero 942 días después Aristóteles Sandoval sería asesinado por la espalda en el baño de un bar en Puerto Vallarta a manos, presuntamente, de sicarios del capo que lo amenazaba desde hace más de mil días.
El acta de defunción del priísta de 46 años, esposo de la abogada Lorena Arriaga, marcará la madrugada del 18 de diciembre como su último día con vida. Un mes antes, en noviembre, había dicho en una entrevista que estaba en su mejor momento personal: se sentía pleno porque había nacido su primera nieta.
EL MISMO MODUS OPERANDI
Fuentes consultadas por EMEEQUIS confirmaron que tras las revelaciones públicas del entonces gobernador Arisóteles Sandoval, el gobierno federal a cargo del también priísta Enrique Peña Nieto reactivó un viejo expediente para investigar esas amenazas.
La investigación por los amagos del crimen organizado contra Aristóteles Sandoval y más de la mitad del gabinete con el que gobernó entre 2012 y 2018, había iniciado sólo 200 horas después de su toma de protesta como mandatario.
El 9 de marzo de 2013 fue asesinado en Guadalajara el recién nombrado secretario de Turismo, Jesús Gallegos, por órdenes de Nemesio Oseguera Cervantes, quien designó al jefe de sicarios “John Perro” como el encargado del magnicidio. La razón: el cártel creía que Jesús Gallegos lavaba dinero para sus enemigos, los Caballeros Templarios.
El modus operandi con el que asesinaron al exfuncionario priísta se asemeja al que usaron los sicarios que asesinaron este viernes al exgobernador Aristóteles Sandoval: lo siguieron por días, estudiaron sus movimientos, analizaron a los escoltas, trazaron rutas de escape y contaban con grupos de reacción en la zona para hacer frente a la posible presencia de policías y militares.
Es también la misma estrategia que usó el Cártel Jalisco Nueva Generación durante el atentado fallido en junio de este año contra el jefe de la policía de la Ciudad de México, Omar García Harfuch.
SEGUIR, OBSERVAR, MATAR, HUIR
La información oficial disponible sobre el homicidio del exgobernador jalisciense indica que un comando armado siguió los pasos de Aristóteles Sandoval desde un domicilio particular hasta el bar Distrito 5, en Puerto Vallarta, a donde llegó a las 10 de la noche del jueves.
Ahí compartió mesa con tres personas más –dos hombres y una mujer– hasta que cerca de la 1:40 de la madrugada se levantó para ir al baño. Las 15 escoltas que, por ley estatal, le cuidan los pasos, no lo siguieron hasta los sanitarios, donde alguien lo esperaba. Por la espalda y a balazos lo hirió mortalmente un hombre cuya identidad, hasta ahora, se desconoce.
El asesino tenía una ruta de escape perfectamente planeada: no sólo logró huir del bar, sino que cuando los guardaespaldas de Aristóteles Sandoval reaccionaron y quisieron llevar malherido a su protegido hasta un hospital, el autor material del crimen ordenó la reactivación de más pistoleros en la zona, quienes trataron de “rematar” a su víctima e impedir la llegada de ambulancias.
Afuera del bar Distrito 5 ocurrió una balacera entre guardaespaldas y sicarios, que quedó registrada en un video que ya circula en redes sociales. Adentro, personal del establecimiento limpió, con sospechosa celeridad, el baño donde estaban las evidencias del crimen.
Minutos después, el exgobernador Aristóteles Sandoval fue declarado muerto en el hospital privado San Javier por las heridas de bala que recibió en aquel sanitario.
Su nombre ahora forma parte de una lista de altos funcionarios locales cuyo asesinato estaría relacionado con el Cártel Jalisco Nueva Generación, el más poderoso del país: el más reciente había sido el fiscal regional Gonzalo Huitrón, asesinado el 26 de julio del año pasado.
LAS LÍNEAS DE INVESTIGACIÓN
El expediente abierto en la entonces Procuraduría General de la República tiene varias líneas de investigación, de acuerdo con la fuente consultada por EMEEQUIS, quien ha pedido el anonimato por razones de seguridad.
La oficial es que el Cártel Jalisco Nueva Generación tenía en la mira a Aristóteles Sandoval por los esfuerzos de su administración para contener su avance en el estado y por las detenciones de importantes operadores criminales, como el de Rubén Oseguera, “El Menchito”, hijo de “El Mencho”, ocurrida en junio de 2015 en Zapopan.
Otra línea de investigación es la presunta colusión de miembros de su gabinete con grupos criminales rivales, a quienes habrían beneficiado con dinero sucio y lavado en la zona turística de Puerto Vallarta para que tuvieran recursos para enfrentarse con los hombres de “El Mencho”.
Ambas líneas de investigación no se han cerrado y el asesinato del joven político priísta promete que las pesquisas seguirán abiertas por más tiempo.
DIEZ MILLONES POR “EL MENCHO”
El 21 de noviembre pasado, EMEEQUIS publicó que tres pesos pesados de los cárteles de las drogas están en la mira de las autoridades mexicanas como un parte de un pacto con el gobierno de Estados Unidos, que los orilla a extraditar a un jefe de las drogas a cambio de la liberación del general y exsecretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos.
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Esos tres “elegidos” son Ismael Zambada García, “El Mayo”, cofundador del Cártel de Sinaloa; Jesús Alfredo Guzmán Salazar, “Alfredillo”, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán, y Nemesio Oseguera Cervantes, “El Mencho”, líder del Cártel Jalisco Nueva Generación.
Sobre la cabeza del “Mencho” pende una recompensa de 10 millones de dólares por información que lleve a su captura.
¿El magnicidio del exgobernador Aristóteles Sandoval acelerará su caída?
@oscarbalmen