La producción de los granos que más se consumen en México cayó en los últimos años y obligó a México a aumentar sus importaciones.
En lo que va de la actual Administración, las cosechas de maíz, sorgo y trigo han descendido, mientras que en el caso del frijol y el arroz pulido han ido a la alza, al mismo tiempo que se incrementaron las compras en el extranjero debido al aumento de la demanda.
Datos de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) señalan que la producción de maíz amarillo cayó 15.5 por ciento entre 2019 y 2021, al pasar de 3.3 a 2.8 millones de toneladas.
Esta reducción es mayor a la registrada en los tres años previos, cuando la caída fue de poco más del 10 por ciento.
Lo anterior derivó en que las importaciones de este grano aumentaran de 15.5 a 15.8 millones de toneladas en la primera mitad del actual Gobierno federal.
La producción de maíz blanco también descendió 4.4 por ciento entre 2019 y 2021, la de trigo cristalino más de 24 por ciento y la de sorgo 3.5 por ciento.
El Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024 estableció que México alcanzaría la autosuficiencia alimentaria en maíz y frijol en 2021.
Juan Carlos Anaya, director del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA), dijo que si bien México es autosuficiente en sectores como el hortofrutícola, el talón de Aquiles de esta Administración son los granos y oleaginosas, en donde el índice de autosuficiencia cayó de 80 por ciento cuando se firmó el Tratado de Libre Comercio a 52 por ciento actualmente, lo que significa que las importaciones aumentaron de 20 a 48 por ciento.
“Eso ha hecho que México sea el segundo importador de maíz, después de China.
Para Estados Unidos somos su mayor cliente, también su principal comprador de trigo; en arroz producimos el 20 por ciento e importamos el 80 por ciento. En frijol somos casi autosuficientes”, señaló.
Anaya afirmó que las políticas públicas de la actual Administración no han ayudado a aumentar la producción de granos, porque éstas se enfocan a acciones como la entrega de fertilizantes y de apoyos directos y no en el desarrollo de bienes públicos, financiamiento y tecnificación.
“Fertilizantes es un elemento que ayuda, pero eso no te hace que seas más productivo, tiene que haber un paquete tecnológico con una buena semilla, con una buena fertilización, con insecticidas, con nivelación de suelos para que los productores aumentan (su productividad)”, sostuvo.
Vía: Reforma