En Chiapas, líderes religiosos han expuesto cómo el narcotráfico extorsiona a las iglesias de la región, exigiendo cuotas de hasta 30 mil pesos como “derecho de piso“.
Más de 100 templos han cerrado sus puertas en la región de Sierra Mariscal debido a la creciente ola de violencia provocada por los grupos criminales que operan en la zona, anunciándolo el 17 de febrero el cierre.
El pastor Francisco Napabe de la Iglesia Casa Cristiana, Amor, Fe y Esperanza, y líder del Consejo Interreligioso de Chiapas, ha denunciado la falta de acción efectiva por parte de las autoridades estatales y federales para abordar este problema.
Según Napabe la violencia no solo afecta a las iglesias, sino también a la comunidad en general, obligando a algunos líderes religiosos a cerrar sus templos y abandonar sus comunidades debido a las amenazas.
Además aseguró que apenas en enero pasado un ex pastor de la Iglesia Monte de Sion, en Comalapa, fue hallado asesinado a la orilla de un río tras haber alertado que era víctima de extorsiones, agregando preocupación a la situación.
La región ha sido testigo de enfrentamientos entre cárteles rivales, convoyes de sicarios y balaceras, a pesar del refuerzo de la presencia militar. Esta situación ha llevado a que algunas iglesias limiten sus actividades, abriendo solo los domingos por la mañana por temor a la violencia.
Esta situación ha generado una crisis humanitaria en la región, con personas que han perdido sus hogares y su sustento debido a la violencia desatada por los grupos criminales
La falta de seguridad ha generado desplazamientos de más de 2 mil personas en la zona limítrofe con Guatemala.
Gamaliel Fierro Martínez líder evangelista de Tapachula, muestra preocupación por la inseguridad regional, con carreteras peligrosas y escasez de alimentos evidente.
Los líderes religiosos piden a las autoridades medidas efectivas para restablecer la paz y evitar más pérdidas humanas y cierres de templos.
