La jornada del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, estuvo marcada por manifestaciones y movilizaciones en todo el país. Sin embargo, no todas estas protestas transcurrieron pacíficamente. En Puebla capital, la situación escaló cuando policías golpearon y lanzaron gases lacrimógenos contra las participantes de la marcha feminista, llegando incluso a detener a una activista de nombre Michelle Romero Sánchez, quien fue liberada posteriormente sin una explicación clara.
Estos eventos, junto con otros casos similares en diferentes estados, fueron abordados por la candidata presidencial oficialista Claudia Sheinbaum en su encuentro con medios. Con una frase contundente, Sheinbaum expresó: “No a la represión. Esa es mi posición”.
En el caso específico de Puebla, el gobierno municipal encabezado por el panista Adán Domínguez respondió a las críticas. Aseguraron que hubo personas infiltradas en la marcha feminista y que, a pesar de todo, el saldo fue blanco. “Lamento que en una marcha legítima se hayan infiltrado provocadores con la finalidad de lucrar políticamente en tiempos electorales y poner en riesgo la vida de las participantes”, declaró el comunicado oficial del ayuntamiento.
En este comunicado también se menciona que hubo “dos detenidos masculinos”, pero las imágenes de Michelle Romero Sánchez, maniatada por policías municipales, circularon ampliamente en redes sociales y medios de comunicación. Estas imágenes han generado indignación y críticas hacia las autoridades por su actuación durante la marcha.
La situación en Puebla ha abierto un debate sobre el derecho a la protesta pacífica y la respuesta de las autoridades ante las manifestaciones. Las organizaciones feministas han exigido una investigación exhaustiva sobre los abusos policiales durante el 8M y el respeto a los derechos de las mujeres a expresarse libremente sin temor a represalias.
Vía Eme Equis