CUIDADO CON EL FRAUDE: LA DOCTORA QUE “CURA” COVID QUIERE TU DINERO

Por: Admin

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EMEEQUIS.– La voz de la Dra. Rossana González-Aragón se escucha amable y comprensiva a través del teléfono. Quien la oye se siente en confianza, porque ella dice compartir con su interlocutor el miedo a la Covid, al contagio y a la muerte, propia y ajena, de algún ser querido a manos del virus.

Hace preguntas. Edad, profesión, estado civil, con quién comparte vivienda y si hay enfermedades o alergias. “¿Síntomas de Covid? ¿Hay fiebre? ¿Dificultad para respirar? ¿Ha visitado ya a otro médico?”, cuestiona al que la busca.

Su teléfono pasa de voz en voz, de un familiar a otro, entre amigos y compañeros del trabajo; vía WhatsApp, por teléfono o en una plática casual. El rumor no confirmado que acompaña a su nombre es una promesa que, en medio de la contingencia sanitaria, todos quieren escuchar: “esta doctora ya ha sacado a muchos del Covid”.

Cuando se habla con ella, esa promesa es su carta de presentación. “Yo también tengo miedo, con el corazón te lo digo, pero he visto que mis tratamientos están funcionando, claro que entre más rápido hablas, más efectivos son”, dice.

Si se tienen síntomas de Covid, su receta es simple: enlista una serie de medicamentos: antibióticos, antivirales y antiparasitarios. Aspirinas, paracetamol y naproxeno, que el paciente ha de conseguir por cualquier vía.

Pero la efectividad de estos aumenta, promete, si se toman otros productos, que sólo ella distribuye: suplementos alimenticios, “factor de transferencia” y unas supuestas gotas de células madre.

“Además de este tratamiento, que es el que todos los doctores te dan, parte de mi tratamiento es reforzar el sistema inmunológico, para que el cuerpo pueda combatir al virus, así es como estoy tratando a los pacientes”, explica.

La doctora no ofrece información sobre sus productos milagrosos. Se rehúsa a decir la marca o compartir alguna investigación científica que avale su efectividad para prevenir y combatir el SARS-CoV-2. Se limita a decir que son productos importados de Argentina, Estados Unidos y algunos mexicanos.

Sin embargo, la información disponible en la web sobre estos productos remite a la empresa NeoLife, una línea de productos no avalados por la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés), la agencia del gobierno de los Estados Unidos responsable de la regulación de alimentos y medicamentos. En sus letras chiquitas indican que ninguno de sus productos está destinado para diagnosticar, tratar, curar o prevenir ninguna enfermedad. 

“NO HAY UN HILO NEGRO”

El sistema inmune está compuesto por glóbulos blancos (leucocitos) que están presentes en las células y órganos que conforman todo el cuerpo, vigilan cada rincón y atacan toda sustancia extraña que pudiera causar un daño a una persona.

“Es engañoso decir que estos productos van a prevenir o curar algo como el Covid o alguna otra enfermedad. A costos muy altos, prometen algo que se consigue de forma muy simple: con una alimentación balanceada. No hay un hilo negro”, explica la Dra. Martha Rangel, de la Federación Mexicana de Diabetes.

Para un paciente diabético, por ejemplo, la receta efectiva es medicamento, alimentación y ejercicio. “El 80% de llevar una vida saludable está sólo en la alimentación y el ejercicio. No se necesita nada más”.

Por el contrario, un exceso de vitaminas puede desarrollar enfermedades a largo plazo. “No sabemos científicamente nada en relación a estos productos y pudieran causar daño hepático o renal, por eso es importante que todo esté sustentado científicamente”.

A Roberto, mayor de 50 años y diabético, le ofrecieron productos marca Immunotec, bajo el eslogan “paquete de prevención anti-Covid”. Suplementos alimenticios para él y su hijo adolescente con diabetes mellitus por más de 6 mil pesos que, le prometieron, les blindaría de la enfermedad.

Estuvo a punto de pagar la suma, pero su nuera preguntó a un médico bariatra sobre estos productos y, por medio de un mensaje, fue claro: “no le daría esto ni a mi peor enemigo”. 

“El riesgo asociado al consumo de los ‘productos milagro’ radica en la falta de un oportuno diagnóstico médico en caso de alguna enfermedad crónica degenerativa y/o transmisible, ya que el paciente adquiere el producto con la esperanza de consumirlo y así aliviar, curar o calmar alguna enfermedad; sin embargo, al carecer de evidencia científica, ‘el producto milagro’, no dará tales beneficios y, aún más grave, el padecimiento o enfermedad podrá evolucionar de manera silenciosa hasta representar un cuadro crónico en perjuicio de la salud y la vida de la persona”, dice la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) en su revista.

Si bien los “productos milagro” prometen cosas en su presentación física que son imposibles de cumplir, hay también suplementos alimenticios que, aunque cumplen con los estándares de la Ley General de Salud, son distribuidos bajo la falsa promesa de prevenir o tratar alguna enfermedad.

En las redes sociales es posible encontrar publicidad sobre aceites, pastillas, gotas, células madre, entre otros productos, que prometen prevenir o curar el coronavirus. La mayoría de ellos sin registro sanitario.

Por ejemplo, las gotas de “célula madre”, de acuerdo con médicos consultados por esta revista digital, ni siquiera existen. 

La Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA por sus siglas en inglés) advirtió sobre estas terapias. El organismo se dijo preocupado por pacientes que están en busca de curas y que caen en estos remedios “ilícitos y potencialmente perjudiciales”.

“Algunos prestadores de servicios sin escrúpulos ofrecen células madre cuya eficacia no está comprobada”.

LA RECETA MÉDICA

La Dra. González-Aragón cuenta con un título de 2003 como médico cirujano por la Universidad La Salle. Tiene un consultorio en Chalco de Díaz Covarrubias, en el Estado de México, donde, dice, dejó de dar consulta desde el 29 de abril, por miedo al contagio. Desde entonces sólo atiende vía telefónica y no cobra las consultas.

La primera parte de su tratamiento para un enfermo Covid, se puede conseguir en una farmacia, con receta o venta libre. Ella insta a sus pacientes telefónicos a que convenzan a los farmacéuticos de venderles estos productos sin receta, una práctica prohibida en México desde 2010. Si esto no funciona, promete que al comprarle sus suplementos alimenticios, ella incluirá la receta en la entrega. 

Receta, por ejemplo, Ivermectina –un tratamiento para combatir parásitos, además de piojos y rosácea–, que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya descartó como un tratamiento efectivo para la Covid.

“La Ivermectina se está usando incorrectamente para el tratamiento de Covid-19, sin ninguna evidencia científica de su eficacia y seguridad para el tratamiento de esta enfermedad (7-9). La Organización Panamericana de la Salud (OPS) desaconseja firmemente el uso para cualquier otro fin diferente de aquellos para los que está debidamente autorizado”, se lee en el documento.

“Pero tienes que moverte ya, porque el tiempo es clave. Hay que iniciar el tratamiento lo antes posible. Eres joven, pero no se sabe…”

Cinco ampolletas de factor de transferencia, un medicamento de marca desconocida que promete reforzar el sistema inmune del enfermo. “Es lo máximo que hay ahorita”, dice la médico. Por cada ampolleta se deberán pagar 580 pesos, un total de $2,900. 

Luego, un producto de nombre Phytodefense por $1,330; una bomba de vitaminas. Y luego gotas de “células madre”, supuestamente de tres tipos diferentes, que tienen precios desde 590 a 630 pesos. 

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Si aceptas, al otro día tendrás que llegar a su consultorio en Chalco o a una casa en la calle Baltimore, en la colonia Noche Buena de la Ciudad de México. Tendrás que pagar poco más de 6 mil pesos por estos productos. 

Pero además, el riesgo también atañe a las personas con las que se comparte vivienda. Si vives con dos personas más, habrá que darles tratamiento preventivo. La doctora dice tener una preocupación genuina por ellos. “Hay que protegerlos”.

En total, para tres personas, el tratamiento tiene un costo de 12 mil pesos. 

“Tarde o temprano vamos a tener que salir al mundo normal. Lo único que nos queda a todos es que el sistema inmunológico esté bien, porque el contagio está fuertísimo. Nos vamos a contagiar, el objetivo es que seas asintomático”.

La doctora no te limita a ver a otros médicos, dice que no es envidiosa, pero te advierte: las pruebas cuestan más de 3 mil pesos, un médico te va a hacer una tomografía de tórax que también tiene un costo, además del costo de la consulta.

El interlocutor, entonces, se queda pensando: “¿Para qué gastar doble, si, además, el tiempo apremia?” 

MORIR POR CONFIAR EN PRODUCTOS MILAGRO

“Llámale a la doctora maravilla”, le dijeron a Susana sus familiares, cuando les contó que su esposo tenía síntomas de coronavirus.

Un primo lejano, que había dado positivo y que llevaba ya una semana en tratamiento médico, había llegado a manos de la doctora, que le recetó los suplementos alimenticios. La familia confió en que esto último había sido lo que lo había curado del Covid.

Susana llamó y respondió las preguntas. Su esposo se había contagiado porque trabajaba con un médico que murió por Covid.

La doctora fue convincente y, entonces, Susana y su esposo optaron por comprar los suplementos como tratamiento Covid, para que Susana estuviera blindada ante un contagio. Aceptaron sus indicaciones, además de cancelar una cita con un neumólogo que ya tenían programada al otro día.

Siete días después, Manuel, 42 años, padre de dos hijos, perdió la vida.

La noticia se corrió por toda la familia, que ya había invertido, en conjunto, más de 50 mil pesos en los productos que prometían proteger del Covid.

Tengo mucho coraje, porque si no hubiéramos confiado en ella, quizá Manuel estuviera vivo. Se perdió tiempo y la oportunidad de salvarle la vida”, cuenta Jessica, prima de Manuel.

DILEMA ÉTICO: EL CONFLICTO DE INTERÉS

Las células madre y el factor de transferencia están etiquetados como suplementos alimenticios ante las instancias sanitarias, como Cofepris, por lo tanto, no requieren receta médica y su consumo es responsabilidad de quien lo consume y quien lo recomienda, explica el Dr. Jaime Alejandro Sánchez, neumólogo. 

“Quienes lo promueven, incluyendo médicos, lo hacen porque claramente lo venden. Hay un conflicto de interés patente, se abusa de la confianza del paciente porque la gente no pregunta. Como médico, si yo estoy recomendando algo, tengo que dar evidencia de que funciona o que está en análisis y sus posibles efectos secundarios”, recalca.

En una circunstancia como la actual, en la que no hay cura para el Covid, ni un tratamiento efectivo para curarlo, estos productos se ven como una salida.

“Es el temor, el miedo, lo que usan quienes venden estos productos”, dice el Dr. Gabriel Pérez Rendón, pediatra que atiende pacientes COVID en la CDMX.

Ni la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, con sus misteriosas gotas de nanopartículas de cítricos, se salva de estos productos en una circunstancia como la actual.

Sin embargo, advierten los especialistas, si bien hay una falla ética cuando un médico promueve productos de esta índole para obtener un beneficio económico, el mayor riesgo está en retrasar la posibilidad de tener un diagnóstico y un tratamiento a tiempo para evitar secuelas graves ante el Covid. O la pérdida de la vida.

En los registros de la empresa NeoLife, el nombre de la Dra. González-Aragón aparece como una de las vendedoras estrella de sus productos, lo cual en mayo le valió obtener un bono de 20% sobre las ventas realizadas. 

Este medio solicitó la versión de la empresa NeoLife respecto a los productos que se están difundiendo en redes sociales como método de prevención y atención a la Covid, sin que hasta el momento haya dado respuesta.

Mientras tanto, una familia que invirtió en sus suplementos, ya perdió a un familiar. Otros más, con la esperanza de la inmunidad o de mejorar, también están en riesgo. 

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido reiteradamente que aún no hay cura ni tratamiento para el Covid, tampoco se ha descubierto ningún método más efectivo que el distanciamiento social y la higiene de manos para prevenir el contagio de la enfermedad.

 

@AleCrail