La “Casa Gris”, la inflación, la filtración de la tasa de Banxico… Estos elementos están llevando a que se le comience a escapar el control del discurso a López Obrador. La mañanera ya no es tan potente como al inicio y la agenda ya no pertenece sólo al presidente. #TECNOPOLÍTICA
Por Luis Ángel Hurtado Razo
EMEEQUIS.– El 3 de diciembre de 2018, Palacio Nacional comenzaría una nueva etapa de gobierno en la historia de México, Andrés Manuel López Obrador dictaría su primer rueda de prensa matutina. Este ejercicio buscaba arrebatarle la posibilidad a la oposición de colocar temas en la agenda política del país, pero las también llamadas “mañaneras” buscaron desde el comienzo quitarle a los medios de comunicación la posibilidad de generar una agenda mediática que en determinado momento sirviera de un frente contra el mandatario.
Al poco tiempo, las conferencias de prensa del presidente lograron su cometido: desmovilizaron el discurso político de la oposición y evitaron que los medios de comunicación controlaran la agenda mediática. Sin embargo, las mañaneras fueron más allá de lo que originalmente se creía.
Entre sus atribuciones se identificó que también sirvieron como elemento discursivo que frenara o combatiera la comunicación política de miembros de la sociedad civil, como universidades, organizaciones no gubernamentales y, por supuesto, liderazgos de distintos sectores de la sociedad.
Los efectos de las mañaneras fueron fulminantes, porque a su paso arrasaban con todo aquello que se le opusiera. El control de las tres agendas estaba determinado por la única voz que emanaba desde Palacio Nacional.
Diversos especialistas en comunicación aseguraban que el proyecto de las mañaneras no duraría ni un año, argumentaban que no existía discurso político que pudiera soportar tanto tiempo. Pero sobrevivieron a su primer año e, incluso, su efectividad fue tal que este ejercicio sería replicado durante el primer año de la crisis por la pandemia del Covid-19: llegaron las llamadas conferencias vespertinas, que serían encabezadas por el subsecretario de Salud, Hugo López Gatell.
Por este medio sería el encargado de difundir los mensajes sobre la evolución del Covid-19 en México. La efectividad de este ejercicio sería tal, que en determinado momento tuvo tanto interés como las mismísimas mañaneras. Este hecho propició que se sumara otra conferencia de prensa encabezada por Zoé Robledo, titular del IMSS, quien se dedicaría a hablar de los apoyos económicos del gobierno de la 4T durante esta contingencia.
Sin duda alguna las conferencias de prensa son el distintivo del gobierno de AMLO.
Pero, justo este año, comenzaron a generar un debilitamiento en el efecto que venían provocando. Y son varios los elementos que han sumado a su deterioro:
1) La crisis económica a nivel mundial derivada de Covid-19 y el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, que ha generado aumento en el precio de productos esenciales por la inflación.
2) El aumento de asesinatos de periodistas en México: este hecho propició un clima de inseguridad y de posible pérdida en derechos como a la información y a la libertad de expresión.
3) La difusión del reportaje sobre la casa en Houston y el estilo de vida de su hijo José Ramón López Beltrán, situación que puso en duda el eje central del gobierno de AMLO, la llamada austeridad republicana y, por supuesto, el conflicto de intereses y corrupción
4) El discurso que AMLO adoptara tras la difusión del caso de la “Casa Gris”, en el que confrontaría a los autores y difusores del reportaje, llevaría a que Carlos Loret de Mola se convirtiera en una suerte de líder de todos aquellos que no concuerden con el gobierno de AMLO y decidieron sumarse a la defensa del conductor de Latinus. Entre las actitudes de AMLO se dio la atribución de funciones que no le corresponden, esto al dar a conocer los ingresos del comunicador.
5) Y al comenzar a gobernar desde las mañaneras, un claro ejemplo fue dar a conocer datos sobre la tasa de interés que aplicaría Banxico, omitiendo la autonomía de este órgano autónomo.
Estos elementos están llevando a que se le comience a escapar el control del discurso y las agendas política, mediática y ciudadanía que en determinado momento tuvo desde las mañaneras.
En este momento justamente estamos viviendo la posibilidad del comienzo del fin de un modelo bastante rentable en la comunicación política institucional de nuestro país. Está en manos de AMLO corregir varios de los excesos que están provocando la crisis que actualmente está viviendo su modelo de comunicación.
@LuisHurRa