Ciudad de México – El ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena anunció su renuncia a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), una decisión que adelanta tres años su salida antes de cumplir el periodo para el que fue elegido. En su carta dirigida al presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña, Gutiérrez Ortiz Mena subrayó que esta decisión no implica una aceptación de la constitucionalidad de la reforma judicial impulsada por el gobierno pasado.
“El verdadero triunfo no es aferrarse al cargo, sino saber cuándo dejarlo con gracia”, destacó el ministro en su carta. Aclaró que, aunque respeta la presunción de validez de la reforma, la considera “frágil y provisional” hasta que la SCJN emita un fallo definitivo, haciendo referencia a la propuesta del ministro Juan Luis González Alcántara Carrancá de invalidar parcialmente dicha reforma, la cual permite la elección popular de jueces, magistrados y ministros.
“Los cargos públicos son préstamos temporales”
Gutiérrez Ortiz Mena, quien fue nombrado ministro el 27 de noviembre de 2012, expresó que su renuncia no significa un abandono de la labor, sino un reconocimiento de que los cargos públicos son temporales. “El único lujo que me permito al dejar este puesto es hacerlo con la serenidad de haber sido fiel a los principios constitucionales que guían esta labor”, declaró.
En su carta, también dejó claro que no participará en la elección judicial del próximo año, afirmando que “no me considero un candidato adecuado para un cargo que dependa del apoyo popular”, ya que considera que la labor de la judicatura es defender los derechos de quienes más lo necesitan, no reflejar la voluntad de las mayorías.
Reforma judicial y opciones limitadas
Gutiérrez Ortiz Mena resaltó que su renuncia responde al artículo séptimo transitorio de la reforma judicial, que establece su renuncia anticipada o la participación en un proceso de elección popular. De no hacerlo en tiempo, habría tenido que justificar su salida bajo “causa grave”, requisito establecido en el artículo 98 de la Constitución, una formalidad que, en sus palabras, no puede cumplir por falta de una causa justificada.
Al reflexionar sobre su paso por la SCJN, el ministro destacó que ser juez constitucional requiere algo más que interpretar textos legales, implica “mantener viva la promesa de justicia en un Estado democrático”.
Vía Excelsior