Alejandro Armenta se lanzó contra los desarrolladores inmobiliarios en su estado. “No vine a quedar bien con los ricos”, dijo. La historia de los roces entre Aspe y Abdala.
El gobernador Alejandro Armenta inició la semana pasado con un escándalo por amedrentar a la prensa en su estado, y concluyó a la vuelta de cinco días con una contrariedad todavía más grande. Ambos problemas salieron de su propia boca. En este último caso exigió a Grupo Proyecta “donar” dos hectáreas de un terreno en Lomas de Angelópolis.
De lo contrario, agregó Armenta Mier, amenazó con expropiar los predios, justificando la acción bajo la forma de la construcción de cuarteles para la Policía del Estado, y al menos 100 viviendas para bomberos, estudiantes, madres solteras y guardias forestales, con énfasis especial en “las familias de agentes caídos en el cumplimiento de su deber”.
Las declaraciones de Armenta causaron tal polémica entre la comunidad empresarial que muy pronto hubo quien buscó la razón detrás del ataque del gobernador. En la oposición del PAN aseguraron que el conflicto se enmarca dentro de la guerra entre Rodrigo Abdala, hasta hace poco superdelegado del Bienestar, y el empresario inmobiliario Pedro Aspe Bernal.
Aspe Bernal es hijo del controvertido Pedro Aspe Armella, titular de la Secretaría de Hacienda en el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, y quien durante el periodo de influencia de Rafael Moreno Valle obtuvo baratísimos acuerdos para la compra de terrenos en Puebla, como lo denunció en su momento Abdala Dartigues, inscrito ahora en la elección judicial para una magistratura del Tribunal Colegiado del Tercer Circuito.
“No vine a quedar bien con los ricos”, declaró el gobernador Alejandro Armenta, arqueando la ceja de los empresarios poblanos quienes respaldaron a Aspe Bernal, dueño de la inmobiliaria Grupo Proyecta, aunque llamando al diálogo para no escalar un conflicto que -dicen los panistas- solo busca detener el desarrollo privado de la vivienda en el estado, lleno ahora de especuladores y viejos amigos de los gobernadores del PAN y el PRI. Armenta mantiene una alianza estratégica con los Abdala, y mantiene una relación de respeto con Manuel Bartlett, tío de Rodrigo.
La rivalidad entre el grupo de los Abdala y los Aspe, desde luego, no es nueva y se ha contado en varios episodios. El más cercano a lo que hoy ocurre en Puebla lo protagonizó el mismísimo Bartlett Díaz, cuando en 2019 -como titular de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) con AMLO- descargó contra los salinistas José Córdoba Montoya y Pedro Aspe, por beneficiarse contratos inflados entre la CFE y empresas vinculadas con ellos. Los exfuncionarios lo negaron todo.
Sin embargo, el trabajo de cabildeo de las constructoras de los Aspe fue ampliamente documentado. Por ejemplo, desde la administración de César Duarte en Chihuahua, en 2013, la empresa Evercore Partners -propiedad de la familia del exfuncionario- fue señalada de beneficiarse por nexos políticos para recibir contratos a precios preferenciales en lotes y predios.
En Evercore Partners trabajó un joven economista llamado Luis Videgaray Caso, quien al cabo del tiempo se convertiría en el secretario de Hacienda y titular de la Cancillería con Enrique Peña Nieto, además de que para muchos se trataba del cerebro del peñanietismo.