Designar embajador en Francia a Adán Augusto no sería el mensaje ideal.
El pasado fin de semana, en la cumbre del oficialismo en el hotel Barceló, circuló fuerte el dato de que el senador Adán Augusto López Hernández podría recalar como embajador en Francia y de eso modo retirarse de la escena en pleno escándalo de “La Barredora”.
La designación en París suele ser un lugar común cuando se trata de Adán Augusto: estudió en dicha capital y, según dicen en su entorno, tendría predilección por el estilo de vida parisino, tanto gastronómico como intelectual.
El problema de ese movimiento, cuentan en Palacio Nacional, es que en noviembre el presidente francés Emmanuel Macron visitará México, en la que será la visita más importante que reciba Claudia Sheinbaum en este 2025. Designar embajador en Francia a Adán Augusto no sería el mensaje ideal.
En la Cancillería además quieren preservar el buen vínculo con Macron por el papel central que el presidente galo juega en la Unión Europea, un vinculo clave para México ante la guerra comercial desatada por Donald Trump.
En paralelo, Macron está cada vez más enfocado en su cruzada contra el narcotráfico en Francia por la violencia que las bandas generan en diversas ciudades: designar a Adán Augusto, que no puede explicar su nexo con el jefe de “La Barredora”, no sería un movimiento precisamente inteligente.
