La FGR libró orden de aprehensión hasta 2024, pese a que el boxeador era indagado desde hacía años por su presunta relación con el Cártel de Sinaloa y una red de tráfico de armamento.
Julio César Chávez Jr. no cayó de sorpresa. Desde 2019, el excampeón mundial de boxeo era investigado por su presunta participación en una red de tráfico de armas vinculada al Cártel de Sinaloa, según consta en la carpeta FED/SEIDO/UEITA-SON/0001369/2019, integrada a petición del Gobierno de Estados Unidos.
El 21 de noviembre de ese año, el Agregado Adjunto del Departamento de Seguridad Nacional (Homeland Security) entregó un escrito a la Fiscalía General de la República (FGR), dirigido a la Unidad Especializada en Terrorismo y Acopio y Tráfico de Armas. En él, se exponía la existencia de una organización criminal que operaba entre Nogales y Tucson, con la complicidad de funcionarios mexicanos corruptos, y se solicitaba formalmente la apertura de una investigación.
La FGR abrió la carpeta correspondiente y, desde entonces, el nombre de Chávez Jr. apareció junto al de una decena de miembros del Cártel de Sinaloa. De acuerdo con los informes compartidos por ICE y Homeland Security, el boxeador presuntamente adquiría armamento en Estados Unidos que posteriormente era entregado a la célula liderada por Ovidio Guzmán, alias “El Ratón”, hoy testigo clave en un juicio en territorio estadounidense.
Pese a que la investigación comenzó en 2019 y a que Chávez Jr. estuvo al menos dos veces en territorio mexicano en ese periodo, la orden de aprehensión en su contra no fue librada sino hasta el 21 de septiembre de 2024. El boxeador enfrentará cargos por acopio y tráfico de armas, así como por delincuencia organizada.
En enero de 2024 fue detenido en Los Ángeles por posesión ilegal de armas, aunque no fue deportado en ese momento. La nueva orden de captura fue ejecutada esta semana, cuando el ICE volvió a detenerlo. Chávez Jr. permanecerá en prisión mientras se desarrolla su proceso penal, bajo la presunción de inocencia.
Fuentes oficiales señalan que las pruebas en su contra provienen de informes de inteligencia, vigilancia y testimonios de informantes, que documentaron la ruta del armamento hacia México. Las autoridades estadounidenses también identificaron vínculos personales y sentimentales del boxeador con integrantes del cártel, lo que habría motivado el seguimiento.
La historia revela un dato clave: la investigación contra Julio César Chávez Jr. no nació en México, sino en Estados Unidos. La tardía respuesta judicial en territorio mexicano permitió al pugilista mantenerse activo en el ring durante esos años, con siete peleas profesionales registradas desde que comenzó la indagatoria.