La 4T y su falacia de comunicación: las mañaneras no convencen

Por: Editor Moviendo Ideas

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A dos meses del arranque del nuevo sexenio, la conferencia matutina liderada por Claudia Sheinbaum, heredera del modelo comunicativo de su antecesor, enfrenta cuestionamientos tanto dentro como fuera del gobierno. Las “mañaneras del pueblo” prometen ser el pilar de la estrategia de difusión oficial, pero la ejecución del plan está lejos de alcanzar las expectativas.

Voceros inexpertos y una centralización rígida

El equipo de comunicación, encabezado por Nadia Paulina Silva Rodríguez, desplegó voceros en 20 dependencias federales con una directriz clara: obedecer y replicar sin cuestionamientos. Los contenidos de las conferencias, elaborados por un comité dirigido por Silva junto a Jesús Ramírez Cuevas, Jenaro Villamil y Leticia Ramírez Cuevas, han sido centralizados en una única casa productora designada por Palacio Nacional.

Sin embargo, la falta de experiencia de los operadores y las tensiones internas han complicado la estrategia. Las dependencias federales deben “bajar información” y replicar en redes sociales los mensajes clave, pero la coordinación efectiva entre los actores aún es un objetivo pendiente.

Entre críticas y nuevos aliados

El debate interno sobre la eficacia de las mañaneras se ha intensificado. Aunque la fórmula funcionó para Andrés Manuel López Obrador, el estilo menos confrontativo de Sheinbaum no ha generado el mismo impacto. Incluso entre los medios afines a Morena surgen dudas sobre la utilidad de estas conferencias como herramienta para controlar la agenda mediática.

En paralelo, el politólogo español Pablo Iglesias, exlíder de Podemos, ha comenzado a establecer su presencia en México con un modelo de comunicación alternativa. Su canal, RedTV, busca contrarrestar la narrativa de los medios tradicionales y podría convertirse en un brazo propagandístico para la 4T. Iglesias ya sostuvo reuniones con directivos de medios públicos como Once TV y Canal 22 para explorar una posible colaboración.

Una guerra cultural en ciernes

Con el regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, la batalla mediática se intensifica en América Latina. Iglesias, junto a consultores cercanos a la 4T, prepara el lanzamiento de la versión mexicana de La Base, un programa de análisis político que promete ser una herramienta clave en esta “guerra cultural”.

Mientras tanto, la mañanera de Sheinbaum, aunque menos explosiva que la de su antecesor, enfrenta el reto de adaptarse a un entorno donde las redes sociales y los contenidos audiovisuales ganan cada vez más terreno.

¿Un modelo agotado?

La centralización de los mensajes y el intento de controlar cada detalle del aparato comunicativo ha generado tensiones en el gabinete. Voceros que buscan adaptarse al ritmo impuesto desde Palacio Nacional también deben lidiar con la creciente influencia de medios alternativos y la presión de los sectores críticos dentro del propio partido.

En un contexto de alta polarización, la consolidación del Segundo Piso de la 4T dependerá de la capacidad del gobierno para conectar con una audiencia cada vez más exigente y diversa. Por ahora, el espejismo de las mañaneras parece desvanecerse bajo el peso de sus propias expectativas.

Vía LPO