No sólo son Ebrard y Sheinbaum. AMLO requiere más opciones fuertes hacia 2024, por lo que desde Palacio salieron las recomendaciones a escogidos miembros de la nomenclatura obradorista para que se suban al tren augustista. El Grupo Tabasco está más fuerte que nunca.

Por REDACCIÓN EMEEQUIS

 

EMEEQUIS.― Al secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hérnandez, no sólo se le han alineado las estrellas rumbo a 2024: le están alineando además al gabinete y a los liderazgos de Morena.

La información sobre los reacomodos que se encuentran en marcha dentro del gobierno se mantuvo en reserva hasta la semana pasada en los estrechos límites del equipo de Bucareli, de un reducido grupo de integrantes del gabinete y de unos cuantos visires de palacio.

Pero la semana pasada ya fue imposible contener la versión dentro del grupo operativo que diseña el ajuste para expandir tanto como sea necesario el margen de maniobra “del licenciado Adán”.

Y no es porque dicho margen sea reducido: López Hernández tiene el mando en el Congreso, la interlocución con los líderes de partidos opositores, define directrices sobre los gobernadores morenistas, es el canal de interlocución con los complacidos mandatarios opositores, y ha establecido incluso canales de entendimiento con dirigentes del sector privado.

Pero los objetivos son blindar de interferencias la imagen del jefe de Bucareli y sobre todo, iniciar la construcción de un círculo de unidad en torno al titular de Gobernación, de cara a la posible nominación presidencial de 2024.

La mano que protege la silenciosa ruta de Adán Augusto es la del propio presidente, aunque ya ha dejado la operación en manos del exgobernador de Tabasco, quien está tomando sus propias providencias.

No obstante, de Palacio salieron las recomendaciones a escogidos miembros de la nomenclatura obradorista para que se subieran a tiempo a la corriente augustista.  

Y es que no es cosa de improvisar perfiles de última hora: dentro de 18 meses –septiembre de 2023– deberá estar definida la apuesta presidencial morenista.

No es que otras opciones como Marcelo Ebrard o Claudia Sheinbaum estén descartadas del todo aún, pero tres circunstancias han derivado en el apuntalamiento del titular de Gobernación: primero, AMLO requería de más opciones fuertes y de su entera confianza en la baraja sucesoria. En segundo término, y contra diversos pronósticos, el titular de Gobernación ha ganado el reconocimiento de sus interlocutores dentro y fuera del espectro obradorista.

Y, tres: el abogado tabasqueño ha marcado un alto contraste con la adelantada del presidente, Claudia Sheinbaum: mientras la jefa del gobierno de la Ciudad de México, en su afán de mimetizarse con las iniciativas presidenciales, ha optado por confrontarse con críticos y adversarios políticos –incluso dentro del círculo oficial–, el titular de Gobernación ha usado el poder para aterrizar resoluciones.

JEFE DE GABINETE Y JEFE DE PARTIDO

De hecho, Adán Augusto López apareció como jefe del gabinete y de partido en la reunión del domingo pasado en el World Trade Center, de la colonia Nápoles, donde se celebró un “encuentro municipalista”, con los cientos de alcaldes, los gobernadores y gobernadoras, los precandidatos a las gubernaturas y el directorio nacional de Morena.

El pretexto era lo de menos. La idea salió de su oficina, estaba sintonizada con los reacomodos de gobierno, y tenía el propósito de enviar un mensaje de unidad del obradorismo.

De Bucareli salieron las instrucciones logísticas del evento para Mario Delgado, dirigente nacional de Morena, quien recibió la lista del amplísimo presidium y el orden en que debían colocarse los personajes y de participaciones.

Fue así como Delgado quedó franqueado por los dos punteros: Sheinbaum y el artífice del evento, Adán Augusto López.

Sheinbaum tuvo su oportunidad en el pódium y hasta recibió gritos de “presidenta” por parte de su porra habitual, cuando se deshizo en elogios a López Obrador y a su gobierno.

Pero el titular de Gobernación llegó a mandar. Dio directrices al gabinete y al partido: “Ahora es momento de iniciar la consolidación de la cuarta transformación de la vida pública nacional, por eso aquí hoy el licenciado (Manuel) Bartlett nos va a hablar sobre la reforma eléctrica; la licenciada Rosa Icela Rodríguez va a exponer sobre la reforma a la Guardia Nacional y la estrategia de seguridad nacional”. También anunció que Zoé Robledo explicaría “el modelo social”.

Dicho despliegue de poder era una muestra de lo que ocurre ya dentro del gobierno.

GRUPO TABASCO

La presencia de Bartlett iba mucho más allá del tema eléctrico. El titular de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) es también una de las figuras ligadas a la clase política de Tabasco, donde su padre, Manuel Bartlett Bautista, fue gobernador.

Bartlett forma parte del agrupamiento de tabasqueños en torno al titular de Gobernación. Dentro de esa corriente se inscriben los movimientos en marcha en el gabinete y en la geografía de poder morenistas.

Ese fue el sentido del nombramiento de Javier May Rodríguez, senador por Tabasco, con licencia, como director de Fonatur, y por tanto, de las obras del Tren Maya.

Cabe recordar que ese era un ámbito de la administración dominado por el grupo de Claudia Sheinbaum: la mayor parte de los contratos del Tren Maya han estado en manos de Manuel Santiago Quijano, director de Gestión Estratégica y Enlace Institucional de Fonatur.

Santiago Quijano es un antiguo integrante del círculo de poder del que surgió Florencia Serranía. Santiago fue director de Obras de Andrés Manuel López Obrador en la Ciudad de México, y además, director de Finanzas de la exdelegación Tlalpan que conducía Claudia Sheinbaum. Todavía más atrás, fue director administrativo con Carlos Ímaz, exdelegado de la misma demarcación y exesposo de la actual jefa de Gobierno de la Ciudad.

Al parecer, May Rodríguez ha congelado ya a Santiago, y ha iniciado una investigación.

Ariadna Montiel, que pasó de subsecretaria a secretaria de Bienestar, va en el mismo barco de May Rodríguez, pues se hallaba bajo su estructura, y por tanto queda también alineada con la dinámica de Gobernación.

Quien anunció los cambios, por cierto, fue el propio Adán Augusto López.

También en esa lógica ha sido ratificado Lorenzo Meyer Falcón ―hijo del ideólogo morenista Lorenzo Meyer― como consejero independiente de Pemex. El cabildero energético llega como puntal del también tabasqueño Octavio Romero Oropeza, director de la paraestatal e innegable augustista, que en su momento sería demandado para “fines más altos” de la transformación.

Los cambios no han terminado. Adán Augusto ha tramitado una cartera en el gabinete federal, que podría ser la Secretaría de Agricultura, para su cuñado, el gobernador de Chiapas, Rutilio Escandón, quien estaría arribando a la Ciudad de México en las próximas semanas. Y hay más tabasqueños ronroneando sus motores en los pits: en San Lázaro, en el senado, en Villahermosa…

 

Adán Augusto en un “encuentro municipalista”, con  cientos de alcaldes,  gobernadores y gobernadoras, precandidatos a las gubernaturas y el directorio nacional de Morena. Foto: Cuartoscuro.com.

RUTA SILENCIOSA

El 4 de enero, Adán Augusto tuvo que negar ambiciones presidenciales. Dijo a los periodistas: “Yo no sudo calenturas ajenas. Ya les comenté que yo tengo un compromiso con el señor presidente, que me invitó a acompañarlo en esta tarea”.

No obstante, las redes sociales y la comentocracia insisten con igual empeño en que López Hernández es la verdadera carta de López Obrador. En las encuestas aparece aún lejos de los punteros, pero bien calificado.

Surgido en la cepa tabasqueña del priísmo hankista y salinista, el secretario de Gobernación arrinconó a manifestantes, burócratas, feministas y otros grupos de la sociedad tabasqueña en los 28 meses de su gobierno en Tabasco.

Sus atributos: rudeza en el ejercicio del poder, desdén por grupos reivindicadores de derechos sociales, simpatizante de la legalización de medidas represivas, desprecio por el orden legal. Todo lo que López Obrador desearía en un sucesor. Más aún: es un alma gemela.

Para la jerarquía obradorista es clara su condición, y antes que nadie para Mario Delgado, dirigente de Morena, quien dijo en noviembre pasado, durante una gira en Tabasco.

Noviembre de 2021: “Adán Augusto es un político muy completo, es muy cercano al Presidente de la República, está ayudando mucho ahora y él viene de toda la vida del movimiento, hizo un gran trabajo aquí en Tabasco, y tiene todas las características también para ser incluido dentro de los aspirantes a la presidencia”.

AMLO lo calificó el 17 de diciembre como un funcionario de 10 de la 4T: “Quiero aprovechar este trabajo de buscar la unidad (con gobernadores) tiene que ver con el secretario de Gobernación, Adán Augusto López. Me está ayudando mucho, si no vendría a Villahermosa a acusarlo, pero vengo a decir que Adán me está ayudando, me está ayudando a aligerar la carga”

Explicó que ya no es sólo su punto de vista, sino que “hay coincidencias sobre lo bien que lo hace Andán Augusto, de varios actores en la función pública y de la política. (…) Tiene muy buenos modales, buenas prácticas. (…) Tiene 10”.

Señaló que el secretario de Gobernación tiene el mérito de ser “tranquilo, prudente, sabe escuchar”, además de que “es paciente y al mismo tiempo tiene pasión”.

Lo cierto es que Adán Augusto ha trabajado sin pausa, desde que pisó Bucareli, para ampliar su poder: primero estableció el diálogo con los líderes del PAN y del PRI, lo que afinó el entendimiento de la 4T con los opositores en San Lázaro

Olga Sánchez Cordero no le conseguía a AMLO ni un extraordinario, pero Adán Augusto arrebató la conducción del grupo parlamentario de Morena en el Senado al avezado político zacatecano Ricardo Monreal, con el golpe a la Comisión Veracruz, y lo dejó viendo bizcos.

Más tarde consiguió entendimiento con líderes de la cúpula empresarial: José Abugaber de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), con Carlos Salazar Lomelín y con Frnacisco Cervantes, dirigentes saliente y entrante del Consejo Coordinador Empresarial (CCE). (De hecho, pavimentó la relación de AMLO con Cervantes).

Y la semana pasada se reunió con el presidente de la Confederación de Cámaras de Comercio, Servicios y Turismo, Héctor Tejada Shaar, quien presumió en un boletín haber llegado a entendimiento con el jefe de Bucareli en materia de políticas de seguridad.

Hasta los gobernadores del PAN reconocen a López Hernández: el gobernador de Querétaro, Mauricio Kuri, se refirió a Adán Augusto como “un puente inmejorable de comunicación”; Carlos Joaquín González, de Quintana Roo, dijo que el titular de Gobernación da respuestas, no promesas, “un secretario empoderado y con más facultades”; José Rosas Aispuru, de Durango, dijo que se entiende muy bien con don Adán, “estamos muy satisfechos con él”; y Mauricio Vila, de Yucatán, manifestó admiración al considerar al exgobernador tabasqueño como “un gran concentrador de temas”.

López Obrador siempre se ha expresado en forma obsequiosa de Adán Augusto. Foto: Cuartoscuro.com.

AMLO: “ADÁN AUGUSTO ES MI HERMANO”

La familia López Hernández es cercana a Andrés Manuel López Obrador desde que éste tuvo problemas judiciales en su adolescencia. El padre del hoy secretario de Gobernación fue entonces como un  ángel de la guarda. Después también fue su notario, y del PRD. Adán Augusto era el abogado de la familia, y también abogado de los López Obrador. AMLO se refiere a él como “su hermano”. 

El 8 de junio de 1969, el subprocurador General de Justicia de Tabasco, Payambé López Falconi (padre del ahora secretario de Gobernación), dio seguimiento personal ―de acuerdo con versiones de prensa― a las diligencias practicadas por el Agente del Ministerio Público, Arnulfo Sánchez Méndez, y por el secretario de este, Miguel Ángel Peña Martínez en un caso surgido en el centro de Villahermosa.

Los subordinados de López Falconi se ocupaban de las indagatorias relacionadas con una tragedia ocurrida en una tienda de telas ubicada frente al mercado Pino Suárez, donde un joven de 15 años había muerto de un tiro en la cabeza. 

La versión que llegaría a los legajos judiciales fue proporcionada por el hermano mayor de la víctima. Estaban solos en la tienda de telas de su padre, “Novedades Andrés”, uno de los negocios de la familia (también poseían una zapatería y más tarde adquirirán además un hotel). José Ramón jugaba con el arma, bajo la admonición del mayor, Andrés Manuel (ahora el presidente de México), que le había advertido que podía hacerse daño.

“Declaró Andrés Manuel que él volteó para dar la espalda a su hermano José Ramón y entonces escuchó que éste tiraba la pistola sobre el mostrador. Casi instantáneamente escuchó un disparo y vio que José Ramón caía al suelo, afuera del mostrador. (…) Corrió a auxiliarlo y entonces vio que le salían borbotones de sangre por la oreja. Pero notó que tenía aún vida y quiso llevarlo rápidamente con un médico. Apenas si tuvo tiempo de sacarlo de la tienda, porque en la banqueta terminó de existir”. (Diario de Tabasco, 9 de junio de 1969, citado por Samuel L. Soto Giles en Bajo Palabra Noticias, 20 de diciembre de 2020).

Desde entonces, la noción de que las familias López Hernández y la familia López Obrador tenían vínculos de parentesco cobró gran difusión.

Payambé López Falconi y Aurora Hernández habían procreado cuatro hijos: Silvia Aurora, Adán Augusto, Rosalinda y Melchor López Hernández.

Originario del municipio tabasqueño de Jalpa de Méndez, abogado por la UNAM, notario desde 1970 por voluntad del gobernador Manuel R. Mora, Payambé López y su familia acompañarían en todas sus aventuras políticas a Andrés Manuel López Obrador.

En 1990, fue López Falconi quien otorgó la fe notarial para la fundación del PRD en Tabasco. Desde un principio, Rosalinda López fue consejera estatal del partido. En 2000, la contadora obtuvo una diputación plurinominal por el distrito IV de Villahermosa. En 2003 se convirtió en diputada local. Presidió la comisión de Hacienda y Presupuesto del Congreso tabasqueño.

En 2006, cuando López Obrador contendió por la presidencia de la República por primera vez, el abogado Payambé López intervino en la configuración jurídica de la impugnación del proceso electoral. De aquel proceso, Rosalinda resultó senadora (2006-12).

Adán Augusto se había quedado en el PRI. Había arrancado su carrera pública en la cúpula del poder tricolor local, como subsecretario de Protección Civil y Desarrollo Social. También fue presidente de la Junta Local de Conciliación y Arbitraje.

Después, con el gobernador salinista y hankista de Tabasco, Manuel Gurría Ordoñez, fue secretario de Gobierno y de Asuntos Jurídicos de Tabasco. En el 2000 fue coordinador de campaña del candidato del PRI a la gubernatura, Manuel Andrade Díaz, cuyo triunfo fue anulado por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. En ese entonces, Adán Augusto estuvo entre los nominados a la gubernatura interina, pero no fue el elegido.

Fue en 2006 cuando cruzó las aguas para convertirse al perredismo, y más propiamente, al obradorismo. Coordinó, por primera vez, la campaña presidencial de López Obrador en Tabasco. Al año siguiente fue electo diputado local y coordinó al grupo parlamentario perredista en la legislatura tabasqueña.

En 2009 fue electo diputado federal, y en 2012, cuando su hermana Rosalinda completó su periodo como senadora, Adán Augusto entró al relevo en la Cámara Alta. En 2015 recibió la encomienda, por parte de López Obrador, de coordinar al entonces nuevo partido en Tabasco. En 2018 fue electo gobernador al tiempo que López Obrador ganó la Presidencia.

En ese año, cuando Rosa Linda López Hernández fue nombrada Administradora General de Auditoría Fiscal Federal –es también primera dama de Chiapas, pues es esposa del gobernador morenista Rutilio Escandón–, surgió otra vez el rumor del parentesco entre los López.

Pasaron 38 años para que alguien lo desmintiera. Fue el propio Adán Augusto López quien, ya en 2017, cuando era dirigente estatal de Morena, reaccionó no ante la prensa, sino ante una cita de Wikipedia que le atribuía ser sobrino del hijo predilecto de Macuspana, AMLO.

Dijo entonces: “Los López de mi familia somos originarios de Veracruz, no de Tabasco”. 

En abril de 2021, López Obrador verbalizó la magnitud del lazo que le une con su secretario de Gobernación, quien aún era mandatario estatal: “El gobernador de Tabasco es mi paisano, es mi compañero, es mi hermano”. 

 

@emeequis