Raúl Rocha Cantú, dueño de Miss Universo, está en el ojo del huracán después de que se revelara su presunta participación en una red de criminal de huachicol y tráfico ilegal de armas.
El pasado mes de febrero, mientras Raúl Rocha Cantú —dueño del 50% de la franquicia de Miss Universo— paseaba por la Hollywood Boulevard, en Estados Unidos, agentes de seguridad catearon un domicilio donde encontraron decenas documentos y evidencias que apuntan a una segunda vida del empresario regiomontano, la cual estaría vinculada a un grupo criminal.
Tras una denuncia anónima realizada el 29 de noviembre de 2024, agentes de la Guardia Nacional comenzaron un cerco contra esta red de al menos 13 personas. Dos semanas después, los agentes descubrieron que en la trama presuntamente participaba Rocha Cantú —o “Don Raúl”, como lo nombraban sus presuntos cómplices—.
Documentos de la carpeta de investigación en poder de EL CEO revelan que Rocha, detrás de su conglomerado empresarial que incluye casinos, hospitales o su certamen de belleza, habría estado involucrado en cuatro actividades delictivas de forma activa: tráfico de armas mediante sus empresas de seguridad; robo de combustible de ductos; importación del llamado huachicol fiscal —proveniente de Guatemala y Estados Unidos—; y la comercialización de ese hidrocarburo ilegal.
En el robo de combustible, los miembros de la red en ocasiones operaban de forma improvisada, pues para minimizar gastos y supuestamente surtir gasolina a los establecimientos de Raúl Rocha, los huachiocoleros utilizaron pipas de agua adaptadas con sellos herméticos y bombas.
En otros casos, estas personas pedían a sus clientes que llevaran su propios camiones para conectarlos al “popote”, es decir, a la toma ilegal del hidrocarburo.
En cuanto al huachicol fiscal, Jacobo Reyes León, alias Yaicob, supuesto cómplice de Rocha, tenía acuerdos con empresas legales para utilizar hasta 75 carrotanques, algunos de estos ferroviarios. También utilizaban sociedades fantasma para facturar ese combustible.
Los 600 millones de la red de Rocha
Según datos de la investigación, el empresario temía ser descubierto e intervenido por elementos de inteligencia. Por esa razón, fue en el aire —en su avión privado—, donde Rocha Cantú acostumbraba a tener reuniones con miembros de esta red criminal, principalmente con Jacobo, Yaicob, un presunto huachicolero radicado en el Estado de México.
A pesar de los meses de seguimiento técnico, en el expediente no hay ni una sola transcripción de las llamadas de Rocha Cantú, pero sí de una decena de personas de la red. EL CEO pudo corroborar que recientemente las autoridades le brindaron al empresario un criterio de oportunidad para ser testigo colaborador en el caso, además, fuentes aseguraron que ya no se encuentra en el país.
En la carpeta de investigación tampoco se mencionan cifras concretas, aunque en los documentos obtenidos durante el cateo en febrero pasado, se halló una hoja que desvela el tamaño de esta red, pues se describe que en el sureste, que es principalmente la frontera donde llega su huachicol fiscal proveniente de Guatemala, tienen una operación de 600 millones de litros de combustible al año.
Los agentes también encontraron un hoja donde se describen presuntos sobornos a instituciones como la Fiscalía General de la República (FGR), se trata de “acuerdos” que van de los 100,000 a los 150,000 pesos quincenales.
Sin embargo, no aparecen los nombres o cuentas bancarias de los funcionarios que habrían estado implicados en la red.
Pero la FGR también tuvo otro papel en esta historia, pues fue contratista de Servicios Especializados de Investigación y Custodia (SEICSA), una sociedad señalada de ser parte de estar red vinculada a Rocha Cantú, según una investigación de la organización Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI).
Entre 2020 y 2022, la fiscalía dio al menos 30 contratos por más de 300 millones de pesos a SEICSA —cuyo representante legal es Jorge Enrique Alberts Ponce, uno de los presuntos líderes de la organización— para cuidar sus instalaciones en todo el país, de acuerdo con MCCI.
La llegada de “Don Raúl” Rocha
El expediente de la FGR muestra que la maquinaria ya operaba con precisión desde antes de la llegada de Raúl Rocha Cantú. Pero los miembros necesitaban un engranaje: uno poderoso, con recursos para invertir en el trasvase del combustible y una cartera de contactos amplia, que les permitiera eludir —o hasta “comprar”— a las autoridades.
“Como es un tema de un chingo de varo necesitan a Raúl. Se necesita el respaldo de Raúl porque todos dicen que lo conocen, pero él no se relaciona con muchos”, menciona Jacobo Reyes León, el presunto socio de Rocha Cantú, durante una llamada interceptada.
Así llegó Rocha Cantú, quien terminó de involucrarse con esta red a finales de 2024, cuando presuntamente compró armas que ocuparía en sus empresas de seguridad privada.
Según los documentos, parte de estas armas también terminaron en manos de grupos como la Unión Tepito o el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Posteriormente, buscaría profundizar en el negocio con la compra y venta de huachicol: tanto importado de Guatemala —el llamado huachicol fiscal— como “del tubo”, posiblemente robado de los ductos de Petróleos Mexicanos.
Con ello, terminó por convertirse en una pieza clave: en sus gasolineras vendía el combustible adulterado al público en general, según muestra la carpeta de investigación. Con ello, obtenía dinero “limpio” en transacciones legítimas que, posteriormente, era reinyectado a la organización.
Para las operaciones, Rocha Cantú presuntamente utilizó tres de sus compañías: Estación de Servicio Empty-Full, Servicio Delmcar —que, según un rastreo de EL CEO, vendía el combustible en el nororiente Estado de México— y Soluciones Gasíferas del Sur, la empresa que recibió un contrato por más de 700 millones de pesos por parte de Pemex, según documentaron diversos medios de comunicación.
Además, el magnate inyectaba cifras millonarias a la organización para financiar el transporte y trasvase, por lo que obtenía mayores ganancias, de acuerdo con los documentos legales.
Las muestras de poder de Rocha Cantú
El empresario neoleonés comenzó a negociar con el grupo el 15 de diciembre de 2024, con una precaución que impresionó al resto de los presuntos delincuentes. El expediente muestra que las reuniones no se daban en restaurantes u oficinas, sino en el aire: en el avión privado, mientras sobrevolaban la Ciudad de México en círculos, pactó precios, volúmenes de combustible y compras de armas. Todo para evitar que interceptaran sus comunicaciones.
“Nomás volaron el avión para que hablaran arriba porque reunió a Raúl y el otro que son bien pinches desconfiados. 40 minutos volando el avión como pendejos para asegurar que no los grabaran”, fue una declaración que le hizo Jacobo Reyes León a su hermano.
Para febrero de 2025, Reyes León presuntamente se reunió con Rocha Cantú, a quien le llevó una botella de alcohol de 40,000 pesos de valor. No obstante, aparentemente el empresario rechazó la bebida, lo que provocó la molestia de Yaicob. “Lo vio como si fuera un Tonayán”, mencionó mientras se quejaba con su esposa en una llamada intervenida por las autoridades.
Pero una de las muestras más grandes de poder se dio en enero de este año, cuando la organización tenía un buque con combustible “atorado” en la costa de Altamira, Tamaulipas, donde las autoridades no permitían su llegada.
Sin dar más detalles, el expediente muestra que la situación se resolvió gracias a Rocha Cantú, quien ya tenía experiencia gestionando esta clase de situaciones para otros empresarios gasolineros.
“Raúl les hizo un favor de salvar el barco, pero no ve nada [ganancias al hacerles favores]”, documenta la carpeta.
Legacy Holding, el emporio de Rocha Cantú
Mientras esta cadena de eventos delictivos ocurrían, Raúl Rocha mantenía sus actividades comerciales por medio de Legacy Holding, que es un conglomerado de empresas que abarca una docena de sectores, desde el energético, industrial e inmobiliario, hasta del entretenimiento —casinos, sobretodo— y el de belleza, donde sobresale el conocido certámen Miss Universo.
El grupo cuenta con más de 40 entidades corporativas, 10,000 empleados, más de 35 años de experiencia y está presente en cinco mercados internacionales.
Raúl Rocha Cantú es director ejecutivo y presidente del consejo del grupo Legacy Holding, que posee 27 empresas de casinos en México distribuidos en 11 estados de la república. A sus puertas llegan más de medio millón de personas para probar suerte cada mes.
Sin embargo, en agosto de 2011 la tragedia llegó al Casino Royale de Monterrey, Nuevo León. Un ataque armado dejó un saldo de 52 personas muertas y 12 heridas. El incidente ocurrió cuando Los Zetas buscaban cobrarle “derecho de piso” a Rocha Cantú.
La otra de Rocha Cantú
A lo largo de más de dos décadas, Raúl Rocha Cantú ha fundado decenas de compañías, y ha sido socio de más de 50 personas en México, de acuerdo con las actas y asambleas disponibles en el Registro Público de Comercio (RPC).
Andrés Javier Vázquez Ruiz es la persona con la que Rocha ha constituído más sociedades. Se trata de un empresario con actividad en el sector inmobiliario, y quien ha aparecido en varias ocasiones al lado de políticos, como el senador Adán Augusto López, y con diplomáticos.
Vázquez Ruiz también fue vicepresidente de relaciones públicas de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio (Concanaco Servytur).
Otro socio de Rocha y exfuncionario que sobresale es Ludwing Marcial Reynoso Núñez, quien fue secretario de gobierno del estado de Guerrero, y compartió acciones con Raúl Rocha en una inmobiliaria de Monterrey.
Además, varios de los socios de Rocha, como Luis David Núñez Gutiérrez o Alan Elias Zayat, son directores de empresas inmobiliarias como Tower Holdings y Zayat Group (ZG), pero las páginas web ya no muestran sus fotos y han ocultado su información.
Fuentes oficiales confirmaron a EL CEO que Raúl Rocha Cantú ya no está en el país. En tanto, el empresario no ha emitido ninguna información sobre la organización criminal con la que se le vincula, solo se ha limitado a postear en redes sociales la actividad de la ganadora del certamen Miss Universo, la mexicana Fátima Bosch.
Vía EL CEO
—Con información de Paulina Padilla Suárez
