EMEEQUIS.– Enojo, impotencia y miedo sintió la Dra. Nayeli Jiménez, cuando Jesús le envió por WhatsApp su prueba de Covid-19 con resultado positivo el 5 de mayo de 2020. Tres días atrás lo revisó en su consultorio de una farmacia de la Ciudad de México. Tenía temperatura de 38.5 grados, dolor abdominal, dificultad al orinar y saturación de 97% (normal es de 95 a 100), por eso le pareció ser un paciente cualquiera. Aunque él sabía que tuvo contacto con un sospechoso de coronavirus y no se lo dijo.
La historia de ella no es la única. Varios médicos del país consultados por EMEEQUIS relatan que en las últimas semanas aumentó el número de atenciones a sospechosos y confirmados de SARS CoV-2 –algunos pertenecientes a los grupos de mayor riesgo–, que llegan a sus consultorios adjuntos a farmacias o privados. Sin embargo, estos lugares no son propicios para ser atendidos, y representan un alto foco de contagio para los doctores y otros pacientes con padecimientos diferentes.
“Los riesgos son los mismos que corre un médico que esté en servicio de primer contacto de consultorios, al de cualquier institución de salud pública; al recibir un paciente nosotros no sabemos de qué naturaleza se trata. Además, si estos lugares no son sanitizados de manera adecuada, los pacientes que van por otras condiciones, podrían salir con Covid-19”, señala la Dra. Belinda Cázares Gómez presidenta del Colegio Médico de México.
Omar Enríquez Cisneros, infectólogo y pediatra de Jalisco, señala que el personal médio debe estar protegido para disminuir los riesgos.
“En estos tiempos se limita la distancia y el acercamiento a pacientes. Es más restringido para evitar contagios, porque pueden ir por síntomas que no son de Covid-19 y al final sí serlo. Los médicos en estos consultorios deben tener estos cuidados extra para protegerse, y en efecto pueden convertirse un riesgo (para otros pacientes)”, explica.
La doctora Mariana Calatayud labora en un consultorio de farmacia en Orizaba, Veracruz. Al final de cada consulta limpia sus herramientas de trabajo con spray en alcohol, sin embargo, los dueños no han tomado medidas básicas de sanitización o limpiar con cloro todo el inmueble, pese a que en días recientes ha atendido a 3 pacientes con síntomas sospechosos de SARS CoV-2, y que en México las cifras de contagios van en aumento.
Tan sólo a la fecha se han registrado en el país 117 mil 103 casos de coronavirus y 13 mil 699 defunciones, hasta el domingo 8 de junio.
MEDIDAS SANITARIAS ¿SUFICIENTES?
Al consultorio adjunto a una farmacia donde labora el médico Héctor Martínez, en Atizapán de Zaragoza, Edomex, llegó el primer paciente sospechoso de coronavirus a finales de abril. Con el transcurso de la semana los casos se incrementaron de 2 hasta 5 por día. Sus medidas sanitarias eran utilizar pijama quirúrgica, careta, cubrebocas N95, lavarse las manos después de cada consulta y cambiarse de ropa al ir a casa.
El área para atender pacientes la rociaba con una solución de cloro, y sus herramientas de trabajo las limpiaba con toallas desechables. Sus pacientes, si no traían cubrebocas, no les daba consulta; les ofrecía gel antibacterial y cuando se juntaban los enfermos les pedía que regresaran espaciados cada 10 minutos, para que no estuvieran amontonados en las bancas de espera.
Sin embargo, los dueños de la farmacia sólo aseaban con agua y limpiador “fabuloso” el inmueble. La incertidumbre e inseguridad de ver cada vez más pacientes sospechosos de coronavirus, lo motivó a dejar de dar consulta a mediados de mayo.
La historia Nayeli Jiménez es similar. A pesar de usar careta, cubrebocas y limpiar el consultorio a la salida de cada paciente, paró sus labores el 15 de mayo, porque los encargados de la farmacia no realizaron las medidas básicas que solicitó: un filtro para el acceso a consulta, tomando la temperatura y saturación de oxígeno con el oxímetro.
Además, los pacientes sospechosos se incrementaron y muchas veces no iban con cubrebocas. Y, sobre todo, porque en la colonia donde atiende en la alcaldía Álvaro Obregón, los ciudadanos no toman las medidas de sana distancia y quedarse en casa.
“Ves a los niños en la calle jugando, la gente prefiere gastar en un refresco que un cubrebocas, personas haciendo ejercicio en los parques, comiendo amontonados en los puestos de comida callejeros. No hay una responsabilidad ciudadana, la gente sigue sin creer que esto es real”, lamenta.
Cázares Gómez explica que todos los pacientes son sospechosos de Covid-19: “Por lo tanto la sanitización debe ser urgente en los consultorios. Los médicos deben tener equipo de protección como googles, caretas, mascarilla N95 o un cubrebocas de doble tela, guantes, y lo debe proporcionar la misma empresa donde está trabajando el médico. Desafortunadamente no se está haciendo. Las autoridades deben supervisar y vigilar que estos establecimientos cumplan con las especificaciones”.
Enríquez Cisneros, también vocero del movimiento #YoSoy17, agrega que se debe de limpiar las áreas después de cada consulta; los pacientes no deben de estar en la sala de espera, sino permanecer en la calle o su vehículo hasta que los llamen, lo mismo que limitar el número de objetos que hay en el inmueble; tener filtros en la entrada para tomar la temperatura y los enfermos avisar de síntomas antes de ingresar.
Para hablar sobre estos riesgos de contagio se buscó a la Secretaría de Salud a nivel nacional, pero al cierre de esta edición no hubo respuesta. El área de comunicación social de la Secretaría de Salud capitalina respondió: “Se realizó, desde febrero, una capacitación a los consultorios privados, tanto en términos de diagnóstico, como medidas preventivas, sanitización, etc.”
Aunado al riesgo que corren los médicos de contagiarse por Covid-19, es que en los consultorios de farmacia donde la consulta se cobra entre 30 y 40 pesos, no cuentan con alguna prestación laboral o seguro médico si se enferman. En cambio, los dueños perciben ganancias entre 5 y 10 mil pesos diarios por venta de medicamentos.
TEMOR A LOS HOSPITALES
A finales de abril, al consultorio de Farmacias Similares donde da consulta Angélica, en San Salvador Atenco, Edomex llegó un paciente a aplicarse un antibiótico. Ella lo notó mal y optó por revisarlo. Saturaba al 83% (de oxígeno), tenía dificultad respiratoria y le dijo que era sospechoso de estar desarrollando una neumonía. Sus pulmones no se escuchaban bien, debía acudir al hospital.
Él se mostró renuente, negó tener el padecimiento. Además no quería ir, porque decía que en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) de Texcoco “estaba feo”. Temía contagiarse y morir en el lugar.
En la tercera semana de mayo, el médico Eduardo Vega recibió en su consultorio privado a una señora de 60 años de edad. Padecía dolor de cabeza, fiebre, tos, dolor de cuerpo y decoloración en sus labios. Por ese cuadro de dificultad respiratoria severo no había nada que él pudiera hacer. Sólo le extendió una nota para canalizarla a su unidad de salud.
“El problema aquí, es que ahora la gente le tiene miedo a los hospitales, por causa de la desinformación de redes de sociales, estas cuestiones que ninguna autoridad ha desmentido, de que matan a la gente, etc. Estos pacientes por nada del mundo quieren ir. Lo que va a pasar, es que acudirán cuando tengan un cuadro muy severo y ahí si corre peligro su vida”, asegura el galeno.
Su hermana, Angélica Vega, también médico, el pasado 17 de mayo atendió en su consultorio privado a un sospechoso de SARS CoV-2, de 22 años de edad. A la mañana siguiente los familiares de una mujer de 65, le llamaron para una consulta telefónica, porque no quería ir al hospital a pesar de que su prueba de Covid-19 dio positivo. Su esposo falleció 3 días atrás en un hospital por la misma causa y ella prefería morir en su casa.
La doctora Jiménez recuerda que varios de sus pacientes, con cuadros severos o sospechosos de coronavirus, argumentan que no van a hospitales o llamaban al 911, porque dicen les extraerán el líquido de sus rodillas; otro dijo que en el hospital les inyectan el virus y los matan, algunos más no creen en la pandemia.
La presidenta del Colegio Médico de México, Belinda Cázares, explica que hay mucho trabajo que hacer, ya que el gobierno debe tomar en cuenta esto y realizar una campaña más severa o estricta, para dar información a la población.
“Desafortunadamente sí hay muchísima información sin bases, y la población tiene miedo. Es entendible porque es una circunstancia apremiante, siento que se ha tratado de aclarar estas noticias falsas, pero hay gente que ya no cree en nada. Entre tanta información de noticias falsas y cifras, ya no sabe qué creer”, señala el también vocero de #YoSoy17, Omar Enríquez.
El 6 de mayo, el presidente Andrés Manuel López Obrador advirtió sobre la proliferación de noticias falsas de coronavirus y que se creó una nueva pandemia: la infodemia. Esto afectaba la convivencia entre la sociedad y el acceso a información real sobre el Covid-19.
En México, varios médicos han optado por cerrar sus consultorios. Su temor es el contagio o llevar el virus a sus hogares.
No es para menos, el pasado 20 de mayo, un doctor de 56 años de edad, de un consultorio privado en Nuevo León, falleció por Covid-19. Su esposa e hijo se encontraban hospitalizados al ser contagiados. Lo mismo ocurrió en Tijuana, Baja California, el 27 del mismo mes el presidente del Colegio Médico de Tijuana denunció la muerte de 4 médicos generales por coronavirus que atendían en consultorios de farmacias.
Héctor Martínez tiene un familiar con enfermedades crónicas degenerativas y no quiere exponerlo, aún no sabe cuándo dará de nuevo consulta. Nayeli Jiménez comenzó con un cuadro gripal, malestar general, dolor de cabeza y cuerpo. Tiene miedo de haberse contagiado, ya que su condición es de asmática y rinitis. Por el momento se mantiene en aislamiento.
@Eme_Estrada