Peritaje Línea 12: no le hagan “Carso”

Por: Adán Morales

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Algo huele a podrido en el peritaje de la Línea 12. Los intereses políticos y económicos que están en juego dejan abierta la sospecha para cualquier conclusión… Conclusión: No le hagan “Carso”

POR RAMÓN ALBERTO GARZA

 

Algo huele a podrido en el dictamen presentado esta semana por la consultora noruega DNV y que busca explicar el colapso de un tramo de la Línea 12 del Metro de la Ciudad de México (en la que está implicada constructora Carso).

Es el trágico accidente que el 3 de mayo de este año enlutó a 26 hogares y mandó al hospital a poco más de 80, sin que en estos cuatro meses se pueda tener la certeza de qué fue lo que pasó.

Pero veamos esta telenovela producida por la Cuarta Transformación, comenzando por definir el elenco de presuntos responsables o villanos.

Marcelo Ebrard, el jefe de gobierno de la Ciudad de México que aceleró la obra para que pudiera ser inaugurada antes de que dejara su cargo. Hoy es Canciller y precandidato presidencial para 2024.

Mario Delgado, al que fuera secretario de Finanzas del gobierno capitalino al lado de Ebrard, se le atribuye un muy cuestionable cambio de rodamientos de hule por acero y que costó mil millones de dólares más en contratos de largo plazo. Hoy es Presidente de Morena.

Claudia Sheinbaum, actual jefa de Gobierno de la Ciudad de México, a quien le pretenden imputar -junto con su antecesor Miguel Mancera- una presunta falta de mantenimiento para endosarle una culpabilidad que no tiene. Es la precandidata presidencial favorita para el 2024.

Carlos Slim Helú, dueño de la constructora Carso, responsable del tramo colapsado de la Línea 12 y que busca a cualquier precio -no en balde pertenece al hombre más rico de México- expiar culpas para poder continuar como constructor de un nuevo tren, el Maya. Las revelaciones del peritaje apuntan a negligencia de sus ingenieros y constructores, al mal emplear el acero y aplicar sin cuidado los pernos que sujetan rieles y durmientes.

Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, preocupado porque que el futuro político de Claudia Sheinbaum no acabe sacrificado bajo los durmientes mal puestos de la Línea 12 y en que su otrora jefe de la Mafia del Poder, Carlos Slim, pueda validar sin conflicto su nuevo estatus de Empresario Institucional con afectos en la 4T.

CAPÍTULO I.- El Colapso que Mató a 26

El 3 de mayo de este año se colapsó la Línea 12 del Metro, cobrando la vida de 26 capitalinos en una tragedia que sacudió a México y al gobierno de la Cuarta Transformación.

Los tres políticos claves para la sucesión 2024 -Sheinbaum, Ebrard y Delgado- entraron en un conflicto de culpas que obligó a su jefe, el presidente, a intervenir para impedir el drama de las culpas. Un peritaje extranjero fue la salida que se encontró para enfriar por 16 semanas los ánimos.

CAPÍTULO II.- Slim, Muy Cerca de López Obrador

Una y otra vez, el empresario Carlos Slim, dueño de la constructora Carso involucrada en el tramo colapsado, se reúne en Palacio Nacional con el presidente López Obrador.

Y en un autoperitaje, declarado por él mismo, exculpa a su empresa. Pero dice que de cualquier manera Carso se hará responsable de volver a poner en servicio la Línea 12, bajo su propio costo.

El pasado fin de semana, horas antes de que se diera a conocer el peritaje final de los noruegos, Slim acompañó al presidente López Obrador en su recorrido de inspección por el Tren Maya, en el que la cuestionada constructora Carso también participa.

CAPÍTULO III.- El Dictamen: Aceros Débiles y Pernos Mal Soldados

Después de un peritaje parcial hace dos meses, finalmente esta semana, la empresa noruega DNV concluyó que el colapso ocurrió por “el pandeo de vigas, facilitado por la falta de pernos funcionales”, “soldaduras deficientes”, “pernos que no cumplieron sus requerimientos”.

Ninguna mención sobre la posible falta de mantenimiento, lo que pretende dejar fuera, cualquier cuestionamiento a la administración de Claudia Sheinbaum.

CAPÍTULO IV.- ¿Alguien Busca Manipular el Peritaje?

De acuerdo a revelaciones publicadas el miércoles pasado, por el periodista Darío Celis en su columna del diario El Universal, tres días antes de que se diera a conocer el dictamen, DNV denunció una violación a la cadena de custodia de las pruebas de acero.

De acuerdo a esas revelaciones, la empresa noruega interpuso su querella ante las fiscalías de la Ciudad de México y la General de la República.

La historia luce muy burda. Desde el 6 de agosto levantaron muestras de los aceros y los pernos del tramo colapsado para enviarlos al laboratorio de DNV en Ohio.

El envío fue por DHL y el regreso fue por FedEx. Pero FedEx rechazó el procedimiento de importación, se devolvió el paquete, se cumplieron los procedimientos solicitaos y se le volvió a entregar para su envío a México.

Pero cuando el paquete fue abierto en la Ciudad de México, el reporte indica que “una vez abierta la caja recubierta con los sellos de FedEx pudo confirmarse que el registro de cadena de custodia no se encontraba en la misma y que el embalaje de las muestras había sido violado, estando una de ellas aún abierta”.

¿Quién abrió el paquete sellado? ¿Fueron cambiadas piezas para colocar muestras con mejores aceros? ¿O la simple violación abre la puerta para descartar la conclusión de que los aceros usados por Carso en ese tramo eran débiles y los pernos fueron mal colocados?

Sea como fuere, nada queda claro tras el peritaje de la noruega DNV. Tan turbio es que no se pueden dictar ni conclusiones ni apuntar a los presuntos responsables de la tragedia. Sean las gentes de Ebrard, las de Slim o las de Sheinbaum.

Algo huele a podrido en el peritaje de la Línea 12. Los intereses políticos y económicos que están en juego dejan abierta la sospecha para cualquier conclusión.

Conclusión: No le hagan “Carso”.