Quiénes son los cuatro expresidentes mexicanos que fueron espías de la CIA durante su mandato

Por: Admin

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Documentos desclasificados mencionan que los presidentes que espiaron personajes mexicanos y extranjeros estuvieron de 1958 a 1982 en el poder

 

La Agencia Central de Inteligencia (CIA) desclasificó documentos en los que se revelaba información de espionaje a partir de la colaboración con algunos expresidentes mexicanos.

En múltiples telegramas informativos consultados por Infobae, se menciona a personajes como el expresidente Adolfo López Mateos, Gustavo Díaz Ordaz, Luis Echeverría Álvarez y José López Portillo, quienes desempeñaron un papel central en la colaboración con la agencia de inteligencia estadounidense durante la Guerra Fría.

Adolfo López Mateos fue quien propuso directamente a la CIA la creación del programa de intervención telefónica LIENVOY. Este programa fue gestionado principalmente por personal del ejército mexicano.

Los documentos desclasificados de la CIA

Adolfo López Mateos propuso aAdolfo López Mateos propuso a la CIA el programa LIENVOY para intervenir comunicaciones de embajadas y figuras políticas en México. (Wikipedia/ Harry Pot / Anefo)

De acuerdo con los documentos, esta operación permitió el espionaje de comunicaciones de embajadas extranjeras en México, así como la vigilancia de figuras políticas nacionales y extranjeras, como el pintor David Alfaro Siqueiros, el expresidente Lázaro Cárdenas y el presidente guatemalteco en el exilio Juan José Arévalo.

La iniciativa y operación del proyecto vinieron del propio gobierno de México, manteniendo la participación mexicana en secreto durante años. Gustavo Díaz Ordaz continuó la relación directa con la CIA y colaboró en las operaciones conjuntas de vigilancia contra posibles amenazas comunistas y disidentes internos.

Bajo su administración, el gobierno mexicano utilizó tecnología y conocimientos proporcionados por la CIA para fortalecer su propia red de inteligencia, permitiendo el seguimiento y control de grupos estudiantiles, sindicalistas y opositores políticos.

Gustavo Díaz Ordaz fortaleció la
Gustavo Díaz Ordaz fortaleció la red de inteligencia mexicana con tecnología y asesoría de la CIA para vigilar a disidentes y opositores. (Wikimedia Commons)

Además, Díaz Ordaz se mantuvo como informante del gobierno estadounidense, facilitando información sobre movimientos de la izquierda mexicana y sobre la política exterior de México.

Ambos expresidentes participaron activamente en la integración de la infraestructura de espionaje, aceptando y promoviendo operaciones que tenían como objetivo la represión de la disidencia interna.

La colaboración con la CIA también sirvió para que México accediera a tecnología de vigilancia avanzada, contribuyendo a la creación del aparato de inteligencia que, años después, sería utilizado en episodios como la llamada “guerra sucia” y en el desarrollo de capacidades de monitoreo que perduran hasta la actualidad.

Echeverría adoptó una retórica de
Echeverría adoptó una retórica de política exterior de ‘Tercer Mundo’ mientras mantenía la represión y el control de la izquierda mexicana. (INAH)

Los archivos digitales de la CIA sobre Luis Echeverría y José López Portillo contienen análisis sobre el entorno político mexicano y el papel de ambos expresidentes en procesos de vigilancia política.

En el caso de Luis Echeverría, los documentos señalan que su adopción de una retórica de política exterior de “Tercer Mundo” fue una estrategia para desactivar las críticas de la izquierda mexicana, que acusaba al gobierno de ser subordinado a Estados Unidos.

Aunque esto tenía un componente diplomático, dentro del país su gobierno siguió una política de control y represión sobre movimientos de izquierda y una estrecha colaboración con agencias de inteligencia extranjeras. Echeverría también intervino en la creación de partidos y movimientos afines al oficialismo, todo en medio de un clima de fuerte represión política.

López Portillo impulsó una reformaLópez Portillo impulsó una reforma que legalizó al Partido Comunista Mexicano para evitar la insurgencia y limitar su poder. (Wikimedia Commons)

Respecto a José López Portillo, el documento “Political Reform And The Mexican Communist Party” (28 de abril de 1980) expone que durante su presidencia se impulsó una reforma política cuyo objetivo central era otorgar canales institucionales y legales a la disidencia de izquierda, especialmente al Partido Comunista Mexicano (PCM), permitiendo su registro legal y su acceso al Congreso, pero limitando su capacidad de poder real.

Desde la visión de la embajada estadounidense y la CIA, la apertura política de López Portillo era una estrategia controlada para evitar el surgimiento de rutas insurreccionales, acomodando a la izquierda dentro del sistema y manteniendo su vigilancia constante.

El enfoque en la vigilancia a estas fuerzas, así como la promesa de reformas políticas, fue parte de la política de Estado supervisada y reportada en los cables a Washington.

El documento también hace referencia a la colaboración institucionalizada del gobierno mexicano con la inteligencia estadounidense e indica que tanto Echeverría como López Portillo fueron actores identificados y vigilados por la CIA, participando en acciones de reforma, cooptación y control social con apoyo de sistemas de espionaje y monitoreo de la política y la sociedad mexicana.