Tras el reciente secuestro de la sobrina de Tatiana Clouthier, los generales han intensificado las medidas de seguridad en torno a los hijos del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Esta decisión se suma a la creciente preocupación de las fuerzas armadas por la seguridad presidencial, que ha estado en el centro de atención en los últimos meses.
Desde hace un tiempo, las fuerzas armadas han instado a AMLO a ejercer máxima prudencia en su interacción con el público, especialmente después de recibir advertencias sobre posibles riesgos de violencia política. Esta situación fue mencionada previamente , donde se informó que la cúpula militar recomendó al presidente limitar sus contactos con lo que él mismo ha llamado el “pueblo bueno”, debido a la amenaza palpable que representa.
Para algunos cercanos colaboradores del círculo íntimo de AMLO, esta amenaza ha generado preocupación. Jesús Ramírez, vocero presidencial, continúa recomendando al presidente que mantenga su imagen de estar en contacto con el pueblo, como lo hizo al comienzo de su mandato, en lugar de aislarse en el Palacio como un aristócrata.
El secuestro de la sobrina de Tatiana Clouthier, ocurrido hace unos meses y mantenido en estricto secreto hasta ahora, fue parte de una operación de rescate liderada por la Marina, con el apoyo del ejército, contra grupos del crimen organizado. Aunque las jóvenes secuestradas, incluida la sobrina de Clouthier, fueron rescatadas con éxito, los militares no descartan que este acto haya sido motivado políticamente.
Ante esta situación, AMLO ha decidido reforzar la seguridad de su familia, en especial de sus cuatro hijos. Se hace especial hincapié en los tres mayores, quienes han sido objeto de señalamientos por parte de agencias de seguridad de Estados Unidos. La investigación del “Clan”, publicada por Loret de Mola, y las fotos de las reuniones de José Ramón en McAllen han puesto al presidente en alerta.
El clima en Palacio no es el mejor, con eventos recientes como la caída del avión de Daniel Flores, empresario señalado como financiador de la campaña de Adán Augusto, siendo abordados cuidadosamente por los militares. El secuestro de la sobrina de Tatiana es otro factor preocupante. Sin embargo, queda la incógnita de hasta cuándo podrá mantenerse en reserva la información sobre estos eventos delicados para la 4T.
Esta serie de acontecimientos ha generado una tensión palpable en el entorno del presidente, quien ahora enfrenta el desafío de garantizar la seguridad de su familia mientras continúa su labor al frente del país.
