Un juez condena a 80 años de prisión por secuestro a Marco Ramírez Chávez, ‘El Chacorta’, cabecilla del CJNG en Irapuato, usando a petición de la Fiscalía las canciones sobre él de un grupo local
Dicen los corridos que Marco Ramírez Chávez era un joven estudiante y trabajador, hasta que el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) lo sedujo. “No hubo avance, tuve que entrarle”. Pronto empezaría a escalar en la organización, hasta ser una de las cabezas criminales del cartel en Irapuato, Guanajuato, bajo el alias El Chacorta. Las descripciones de tres corridos han sido clave ahora para que la Fiscalía de Guanajuato acredite el perfil criminal de Ramírez Chávez, que ha derivado en una condena judicial de 80 años de prisión por el secuestro de un hombre en 2020, en Irapuato. El cuerpo de aquel muchacho, del que solo ha trascendido su primer nombre, Luis, fue encontrado días después en una fosa clandestina.
El diario Reforma describe en su artículo de este lunes que la Fiscalía mostró esos tres narcocorridos durante el juicio oral del caso. El Chacorta, Yo soy el Chacorta y Equipo Chacorta, compuestos por encargo por Héctor Manuel Hernández (del grupo El León y su gente), narran las historias de Ramírez Chávez como uno de los cabecillas del cartel en la ciudad: “Me dejaron encargado de una zona, / y aquí andamos chambeando”. En esas letras, el compositor habla de la ciudad como “la fresa”, una referencia directa a Irapuato, conocida como la capital mundial de la fresa.
Las descripciones también crean una jerarquía de la organización. No hace alusiones a Nemesio Oseguera, El Mencho, líder del CJNG, pero si habla de un jefe al que pone al nivel de Dios: “Solo Dios y el jefe me moverán de aquí, / y con el favor de mi padre Dios, seguimos en la pelea”. Sí hay referencias a Ricardo Ruiz Velazco, Doble R, uno de los lideres del grupo élite, brazo armado de la organización jalisciense. A él, le jura lealtad: “Con la camisa bien puesta del Doble R me verán”; “terreno conquistando, y pa’ las R siempre trabajando”. Hernández habla del cartel como “las cuatro” o las “cuatro de jalisco”, referencia a las iniciales CJNG.
Una fosa clandestina
La sentencia, a la que tuvo acceso Reforma, desglosa la información de aquel secuestro ocurrido en 2020. La escena fue algo así. Paso Blanco, al noroeste de Irapuato, 9 de septiembre. El Chacorta llega junto a su pareja y líder de la organización en Irapuato, Josefina Yosany Ramírez, La Chepa, y otra mujer al domicilio de Luis. Ramírez Chávez obliga a punta de pistola a que el muchacho se suba a su sedán rojo. Ese momento será el último en el que se le volverá a ver con vida.
Al día siguiente, la familia de Luis recibe un mensaje en el que los secuestradores piden 250.000 pesos a cambio de su libertad. La familia tienen esa cantidad, pero pactan entregar una camioneta y las escrituras de una casa. Nunca llegarán a la cita porque su coche está estropeado.
El 25 de septiembre, a pocos kilómetros del domicilio de Luis, entre Paso Blanco y El Conejo, dos grupos de madres buscadoras y las autoridades estatales buscan restos entre casas a medio construir. Tras cuatro días de trabajo, encuentran 18 bolsas con restos humanos y cuatro cuerpos en ocho fosas clandestinas. Tiempo después se sabrá que los restos del muchacho secuestrado casi 20 días antes estaban allí.
La sentencia descrita por el diario mexicano explica que las descripciones de los testigos fueron clave para que los investigadores determinaran el nombre y apodo de Marco Ramírez Chávez, pero que los corridos ayudaron a reflejar su asociación a la organización del Mencho. En 2021, El Chacorta también fue vinculado a proceso por disparar en la cabeza a otro hombre en 2019.
43 corridos
El compositor Héctor Manuel Hernández le aseguró en 2022 al youtuber Leo Gallegos que había escrito más de 10.000 corridos, pero grabados, unos 1.000. En esa conversación, el artista se definía como un “compositor de método”. “Me gusta mucho el airsoft [armas que disparan balas de plástico]. Donde estaba componiendo, agarré una réplica [de las armas] y la ponía en la mesa para mentalizarme, para ponerme en el personaje, una AK, una AR, una scar [modelos de fusil]”, afirmaba. Hernández cobraba entonces unos 60.000 pesos por un corrido encargado. En el género musical, es común que un artista se dedique a crear canciones para alguien, basándose en las historias que le cuenta el cliente. Hernández aseguraba que en un solo fin de semana llegó a escribir 43 corridos.
La presentación de sus tres corridos en el juicio oral al Chacorta ocurre en un momento de tensión para los artistas del género. La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, aseguró que el Gobierno Federal no prohibiría los corridos con temática apologética, pero algunos de los Estados han amenazado con sanciones económicas o judiciales a los músicos que las interpreten en directo. Y Estados Unidos ha llegado a retirar las visas a artistas como Julión Álvarez, Los Alegres del Barranco o Grupo Firme. Expertos en el género, como el historiador Juan Carlos Ramírez-Pimienta, defienden que las sanciones no atienden la raíz del problema. “Dicen, y con razón, que promueven violencia, pero el problema es que hay muchísima violencia para ser promovida”, explicaba en una entrevista con este diario.
La sentencia de El Chacorta lleva las letras de los corridos a un nuevo escenario. La detención en septiembre de Mario Alexander Gámez, alias El Piyi, sicario del Cartel de Sinaloa, levantó los rumores de que las letras del género servían para lograr detener a un narcotraficante. Luis Omar Montoya, historiador especializado en música del CIESAS, afirmaba entonces que las indagaciones de un criminal a través de este tipo de canciones podía ser viable, pero no decisivo.