La población de Tehuitzingo ahora vive con temor por la mala construcción de la Presa Mampostería El Enemigo.
En el municipio de Tehuitzingo, Puebla, los habitantes celebraron en 2019 la aprobación de la Presa Mampostería El Enemigo, diseñada para mitigar los efectos de la sequía. Sin embargo, cuatro años después, el proyecto es sinónimo de negligencia y riesgos latentes.
La idea original era noble. Los pobladores, organizados en la Cooperativa Presa de Mampostería El Enemigo S.C. de R.L. de C.V., pidieron a la entonces y aún Secretaría de Desarrollo Rural (SDR) Ana Laura Altamirano, apoyo para construir la presa. El proyecto fue adjudicado a la empresa ICPC S.A. de C.V., pero pronto comenzaron los problemas
En agosto de 2021, un aguacero evidenció el peligro. El agua se filtró y desbordó por la cortina y la compuerta. Los intentos de la SDR por contener el flujo fueron infructuosos, y los habitantes denunciaron que la presa podría colapsar, poniendo en riesgo sus vidas y propiedades.
Documentos oficiales revelan que Ana Laura Altamirano Pérez, titular de la SDR, y Miguel Sergio Alcántara Silva ex-encargado de despacho de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), validaron y pagaron la construcción de la presa, a pesar de sus evidentes deficiencias. Además, se descubrió que la obra carecía de permisos esenciales, como el cambio de uso de suelo, análisis de riesgos sísmicos y estudios de geotécnica.
Hasta la fecha, la población sigue exigiendo respuestas. Mientras tanto, la obra permanece como un monumento a la corrupción. Las promesas de apoyo se diluyen en discursos y fotos para las redes sociales, dejando a los productores locales sin soluciones reales.