La corrupción de alto nivel, así como el control territorial de grupos criminales, “demuestra que los cárteles están más arraigados que nunca”, revela el informe de EU: “México: Crimen Organizado y Organizaciones de Tráfico de Drogas”. La estrategia militarizada de la 4T “no ha debilitado” a los delincuentes.
EMEEQUIS.– Para el Congreso de Estados Unidos, “la continua revelación de corrupción de alto nivel en el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador” –vinculada a grupos criminales–, y el aparente control del territorio mexicano que éstos tienen, “demuestra que los cárteles del narcotráfico están más arraigados que nunca”.
Lo anterior es parte del informe “Mexico: Organized Crime and Drug Trafficking Organizations”, publicado por el Congressional Research Service —servicio de investigación del Congreso de Estados Unidos—, que analiza el comportamiento de los cárteles en el país.
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Además, advierte que en 2022 la cooperación entre Estados Unidos y México en materia de aplicación de la ley es más débil que durante los 15 años anteriores. “El gobierno de López Obrador enfrenta algunas acusaciones relacionadas con corrupción de funcionarios públicos, políticos de su partido y miembros de las fuerzas policiales de la nación con los grupos del crimen organizado”, expone.
Según el órgano investigador, la creciente diversidad de la criminalidad de los cárteles, las continuas demandas globales de narcóticos y la cooperación débil entre las fuerzas del orden público de ambos países apunta a que los cárteles son una continua amenaza tanto para Estados Unidos como para México.
El documento, actualizado el 7 de junio, refiere que el presidente Andrés Manuel López Obrador continuó con la estrategia de seguridad militarizada de los dos
administraciones mexicanas que le antecedieron, además de autorizar a las fuerzas armadas a continuar con su papel en la aplicación de la ley durante el resto de su mandato. Y aunque menciona que la Guardia Nacional, que el presidente comenzó a desplegar a mediados de 2019, ha tenido menos denuncias de abuso que militares en el anterior gobierno de Enrique Peña Nieto, la estrategia militarizada de la denominada Cuarta Transformación (4T) para combatir a los cárteles de la droga “no ha debilitado efectivamente a los grupos criminales”.
Mapa que alerta sobre el arraigo “más fuerte que nunca” de los cárteles.
Además de alertar que los cárteles se han extendido frente a una estrategia federal que no ha logrado contenerlos, el informe, cuya autoría corresponde a June S. Beittel, analista en asuntos de Latinoamericana, advierte, principalmente, sobre el ascenso territorial del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), el de mayor presencia en todo el país. Esta organización, a cargo de Nemesio Oseguera Cervantes, “El Mencho”, es –remarca– la principal generadora de violencia, ya que mantiene disputas no sólo con otros cárteles de igual poder de fuego y dominio histórico en territorios, como el de Sinaloa, sino que pelea con grupos locales por el control de giros delictivos distintos al narcotráfico, como el robo de hidrocarburo y el dominio de minas.
De otras organizaciones, presuntamente debilitadas, escisiones controlan territorios a través de más violencia que los grupos de los que se escindieron, como el caso del Cártel del Noreste, que surgió de Los Zetas, en Tamaulipas.
El Congressional Research Service expone que a pesar de que las actividades de la DEA se vuelven más limitadas dentro de México, este organismo ha ofrecido recompensas de hasta 45 millones por información sobre los principales líderes del Cártel de Sinaloa.
“Muchos analistas han cuestionado la utilidad de la estrategia del capo (detención de principales mandos en las organizaciones criminales) o una estrategia de orientación de alto valor para combatir a los cárteles o reducir la violencia perpetrada por éstos. La estrategia del capo a menudo ha sido alentada por el gobierno de los Estados Unidos y ha sido adoptada por funcionarios mexicanos en diferentes administraciones. López Obrador inicialmente rechazó, pero luego ha adoptado esporádicamente una estrategia de capos”, resalta Beittel.
Mapa de los cárteles y su zona de influencia en México contenido en el informe.
Asimismo, añade que algunos analistas respaldan una estrategia modificada que apunte a la capa operativa intermedia de cada grupo criminal, para perjudicar a los grupos con capacidad de regeneración.
“Los factores estructurales que plagan la lucha de México por la seguridad y la estabilidad incluyen la criminalidad persistente, impunidad, corrupción arraigada y demanda constante de drogas ilegales por parte de estadounidenses y europeos adictos. La desaparición de los capos tradicionales, que tenían largas asociaciones a menudo familiares, y se entendía que habían gobernado sus ejércitos del cártel de manera jerárquica desde una posición central, ha llevado al surgimiento grupos más pequeños, altamente fracturados, competitivos y a menudo ultraviolentos”, precisa el informe.
Dos causas de la violencia actual, agrega, pueden ser la erosión del dominio del Cártel de Sinaloa y el aumento de competencia para beneficiarse de la producción y distribución de heroína, opioides sintéticos y metanfetamina.
“Algunos observadores siguen convencidos de la capacidad tanto del Sinaloa y su principal competidor, el CJNG, para retener un poder significativo, al respaldar su redes de soborno y corrupción bien establecidas con su capacidad demostrada para la violencia”, cierra el análisis, que también recuerda que el centro del discurso de López Obrador ha sido el combate a dicha corrupción institucional de la que se benefician los grupos criminales.
@axelchl