La exalcaldesa poblana Claudia Rivera Vivanco ha decidido apuntar su nombre para dirigir Morena en Puebla. Pero la lectura política de este movimiento no es solo su mano alzada, sino el escenario elegido para hacer el anuncio: un nuevo portal dirigido por una de las plumas favoritas del difunto ex gobernador Miguel Barbosa y que en muchas ocasiones le pegó a ella, pero que hoy es portavoz del poder fáctico.
Se sabe que la actual diputada federal electa, en su búsqueda de la dirigencia, cuenta con el respaldo de figuras clave a nivel nacional, como María Luisa Alcalde, gracias a la relación de comadrazgo entre las madres de ambas. Y al tener micrófono en este medio, también dice de manera velada quiénes la respaldan.
Sin embargo, aunque sus asesores calculaban que esta entrevista enviara un mensaje “positivo”, la estrategia podría haber sido errada en tiempo y forma, ya que ha dado aviso a sus detractores dentro de Morena, que no son pocos. Ahora, podría avecinarse días difíciles para Rivera Vivanco, gracias a un grupo trabajaría incansablemente para manchar su nombre y bloquear su camino a la dirigencia.
Durante su campaña para la diputación, operó de manera brillante y logró sumar aliados importantes con la promesa de un escaño seguro, pero un paso en falso podría devaluar todo el capital político que ha acumulado hasta ahora.
La estrategia visible es desgastar la imagen de Claudia.