Colosio y Aburto, caso a revisión

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Como si México necesitara nuevos sacudimientos políticos, la Fiscalía General de la República se apresta a reabrir -en cuestión de días- el doloroso expediente del asesinato de Luis Donaldo Colosio

POR RAMÓN ALBERTO GARZA /Código Magenta

Como si México necesitara nuevos sacudimientos políticos, la Fiscalía General de la República se apresta a reabrir -en cuestión de días- el doloroso expediente del asesinato de Luis Donaldo Colosio.

Casi en silencio, el fiscal Alejandro Gertz Manero designó ya a Abel Galván Gallardo como Fiscal Especial, dedicado a investigar de nuevo el magnicidio de Lomas Taurinas. Lo habilitó ya en privado entre los miembros de la Fiscalía y en cualquier momento se hará el anuncio público.

La justificación para reabrir la herida que cambió la historia política de México, el 23 de marzo de 1994, es que se está atendiendo una recomendación de la Comisión Nacional de Derechos Humanos.

Bajo ese supuesto se estarían aceptando los alegatos de Mario Aburto, el sentenciado asesino del candidato presidencial del PRI, condenado a cumplir 45 años y recluido, hoy, en la Prisión Federal de Ocampo, en Guanajuato.

Los abogados del llamado “asesino solitario” habrían logrado convencer a los comisionados de derechos humanos que fue obligado a declararse culpable, como consecuencia de las torturas que sufrió tras su detención. Veintiocho años después, el sentenciado insiste en que él no es el asesino de Colosio.

De acuerdo a la recomendación de la CNDH, se tendrían que revisar de nuevo los 18 tomos del voluminoso expediente, que incluye mil 261 declaraciones y 326 peritajes.

Algunos analistas advierten que, más allá de la revisión judicial, pronto se estaría liberando a Mario Aburto, a cambio de que involucre en el Caso Colosio los nombres de media docena de prominentes personajes ligados, todos, al sexenio de Carlos Salinas de Gortari.

En su conferencia mañanera del 28 de octubre del 2021, el presidente Andrés Manuel López Obrador ya había deslizado el tema del expediente, que en los próximos días está a punto de reabrirse.

El mandatario dijo entonces que si Aburto o su familia tienen otra versión y se puede probar que fue torturado, su gobierno lo protegería.

“Si la familia del señor Aburto y él mismo tienen algo que decir sobre su proceso, que signifique otra versión de los hechos y si él puede probar que fue torturado, que está amenazado y que por eso ha guardado silencio, el Estado mexicano lo protegería”.

Por la declaración presidencial se concluye que la Fiscalía le otorgaría a Mario Aburto el criterio de oportunidad para recobrar de inmediato su libertad, a cambio de información que eche por tierra la versión oficial del llamado “asesino solitario” y ponga en la antesala de un juicio a los presuntos autores intelectuales y materiales.

Otras versiones advierten que el Fiscal Gertz Manero estaría reabriendo el Caso Colosio, bajo el supuesto de fortalecer la plataforma política desde donde despegaría la candidatura presidencial de Luis Donaldo Colosio Riojas, el hijo del malogrado candidato presidencial del PRI y el único precandidato que hoy desafía a Claudia Sheinbaum y a Marcelo Ebrard, los dos punteros de Morena.

Hasta ahora solo un periodista -por causas circunstanciales- ha logrado hablar con Mario Aburto en casi tres décadas de reclusión, primero en Almoloya, luego en Puente Grande y finalmente en Guanajuato.

Se trata del periodista michoacano J. Jesús Lemus, quien fue recluido cuatro meses en el 2008, en el Penal de Puente Grande, víctima de venganzas personales con el entonces presidente Felipe Calderón.

Lemus, esperando entonces su sentencia, pudo hablar en distintas ocasiones con el reo Mario Aburto. Una pregunta crucial que entonces le hizo dentro del Penal de Puente Grande fue que cuál era la principal prueba que pensaba que lo podría sacar de la cárcel.

La respuesta de Mario Aburto fue contundente: “El casquillo que dicen las autoridades que recogieron en la escena del crimen. Si supuestamente yo tenía un revólver, que es con el que aseguran que maté al licenciado, ¿cómo es posible que haya un casquillo en el suelo?, si en un revólver los casquillos percutidos siempre quedan en el tambor. Si hay un casquillo en el suelo, alguien más disparó y, en consecuencia, la teoría del asesino solitario se viene abajo. Y también se viene abajo toda la culpa que me han echado. Y alguien más debería estar aquí, en mi lugar”.

El hecho es que, el nuevo Fiscal Especial para el Caso Colosio, Abel Galván Gallardo, un experto en secuestros, desapariciones y sistema penal acusatorio, ya entró en acción, desempolvando las controvertidas carpetas.

Y si de la reapertura de esa herida emergen los nombres de encumbrados políticos de sexenios anteriores, el sacudimiento político será de antología.