Ximena Guzmán pasaba la charola en los penales y cada vez subía más la cuota, según periodista.
El asesinato de Ximena Guzmán y José Muñoz, operadores cercanos a Clara Brugada, destapó una red de corrupción penitenciaria en la Ciudad de México. Esto, según una investigación realizada por la periodista Guadalupe Lizárraga para Los Ángeles Press, quien documentó el testimonio del exfuncionario Jorge Enrique Terán, un ex trabajador del sistema penitenciario.
Terán aseguró que ambos funcionarios estaban vinculados a la extorsión, cobros ilegales y protección a cárteles dentro del sistema carcelario, particularmente al grupo criminal La Unión de Tepito. Terán, desde el exilio, ha detallado las operaciones ilegales, incluyendo la entrega de droga, amueblamiento de lujo para reclusos de alto perfil, y el cobro de “diezmos” en oficinas públicas. La ejecución de ambos operadores habría sido producto de una ruptura dentro de esta red.
Ximena Guzmán (42 años), socióloga con formación en París, y José Muñoz (40 años), politólogo, formaban parte del círculo de confianza de Brugada desde Iztapalapa. Ambos fueron asesinados el 20 de mayo de 2025 en la colonia La Moderna. Eran considerados de “bajo perfil”, pero según Terán, mantenían contacto directo con los directores de penales y con la jefa de Gobierno.
La estructura oculta del poder penitenciario
Jorge Enrique Terán, exservidor público adscrito a la Subdirección del Sistema Penitenciario de la Ciudad de México, denunció una compleja red criminal que operaba con protección institucional. En 2024, se negó a entregar droga y transportar una camioneta con dinero dentro del Reclusorio Norte. La orden vino de la hoy occisa Ximena Guzmán, quien era secretaria particular de Clara Brugada. La negativa de Terán lo colocó en la mira. Días después fue amenazado y trasladado como castigo a un penal psiquiátrico de alta seguridad.
Terán relató haber participado en traslados de mobiliario de lujo para reclusos como líderes de La Unión de Tepito, incluyendo una cama especial, cantina, sala y otros enseres con origen documentado. Se usaba una Ford Ranger con placas 7552CL, propiedad del gobierno.
Además, fue enviado a Ecatepec a recoger cajas destinadas al reclusorio. Sospechó que eran drogas, se negó a transportarlas y fue amenazado. La orden provenía nuevamente de Ximena Guzmán. El castigo fue su traslado al CEVAREPSI, donde conoció al violador serial Florentino Guzmán Arcos, vinculado políticamente a Clara Brugada
Florentino Guzmán, sentenciado por violar a 19 adolescentes, operaba desde 2006. Según Terán, le dijo: “Yo le puedo pedir a Clara lo que yo quiera, lo que yo quiera me lo trae, y eso ha sido desde con Claudia [Sheinbaum]”.
Aunado a esto, Jorge Enrique asegura que los contactos que aún conserva dentro de los penales, le aseguran que Ximena comenzó a romper acuerdos subiendo la cuota de manera arbitraria y desmedida. Eso desató fricciones dentro del sistema penitenciario. “Abrieron muchos frentes, se ganaron enemigos. Por eso el asesinato artero”, sentencia.