Eukid, Gali, Banck y Héctor Sánchez vuelven del exilio con Céspedes

Por: Héctor Llorame

@HectorBLN

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El informe y despedida del gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina fue el escenario para el regreso triunfal de los exmorenovallistas que fueron perseguidos en el gobierno de Luis Miguel Barbosa Huerta.

Eukid Castañón Herrera, exdiputado federal y otrora poderoso operador político del exgobernador Rafael Moreno Valle, reapareció públicamente luego de abandonar la cárcel el año pasado.

El exalcalde de Puebla, Luis Banck Serrato, también se dejó ver por primera vez en un acto político, algo que no ocurría desde el funeral de Moreno Valle y su esposa, la exgobernadora Martha Erika Alonso Hidalgo en diciembre de 2018.

Héctor Sánchez Sánchez, exmagistrado presidente del Tribunal Superior de Justicia (TSJ), fue otro de los asistentes al informe de este viernes en la Plaza “La Victoria”, en Los Fuertes, dos años después de su renuncia al poder Judicial ante el asedio de Barbosa Huerta.

El exgobernador José Antonio Gali Fayad ya se había placeado en eventos de morenistas desde principios de año y esta semana acompañó dos veces a Céspedes Peregrina: este día y el lunes 18, en la inauguración de la nueva sede del Congreso del estado.

En entrevista, Castañón Herrera celebró la gestión del gobernador saliente y deseó éxito a Alejandro Armenta Mier, quien asumirá la gubernatura el próximo 15 de diciembre.

Aunque estuvo en la cárcel por más de dos años, el exsecretario de la Contraloría descartó asumirse como preso político y aseguró que su asistencia al informe no representa su regreso a la política.

Sin negar que operó para Morena en la reciente elección, especialmente para el alcalde de Puebla, José Chedraui Budib, Eukid Castañón reprochó que “se dijeron muchas cosas” de él en el pasado, pero las considero intrascendentes y pidió concentrarse en el informe del gobernador.

En su discurso, Céspedes Peregrina se dijo satisfecho con su administración, pues reconoció que, al ser designado por el Congreso del estado tras la muerte de Barbosa Huerta, no se legitimó en las urnas, pero sostuvo que trabajó para legitimarse en los hechos.