El fin del ciclo productivo de la Tiguan, una de las camionetas más exportadas de Volkswagen México, tendrá un impacto directo en 2,000 trabajadores de la planta en Puebla. El sindicato informó que a partir del lunes 18 de noviembre, la producción se detendrá por al menos cinco semanas, afectando tanto a técnicos de línea como a áreas auxiliares.
Paro técnico y reducción salarial
El esquema de paro técnico contempla dos modalidades:
- Descuento de vacaciones: Por cada dos días de paro, se descontará un día de vacaciones de 2024.
- Pago parcial: Para quienes no cuenten con saldo vacacional, el salario será del 69.64% semanal.
Esta medida aplicará inicialmente para las semanas del 18 de noviembre al 20 de diciembre, con posibilidad de extenderse hasta marzo de 2025, dependiendo de los preparativos para el modelo sucesor, la Tayron.
La última Tiguan: un hito histórico
El lunes 19 de noviembre será ensamblada la última unidad de Tiguan, marcando el cierre de un ciclo iniciado en 2016. Durante ocho años, Volkswagen Puebla produjo 1,295,739 unidades, consolidándose como uno de los modelos más exitosos de la planta.
Para conmemorar este cierre, la empresa organizó un evento en la Nave 3 de Pintura, invitando a trabajadores de los tres turnos a firmar la última carrocería y tomarse una foto con la unidad final.
La transición hacia Tayron
El sucesor de Tiguan, la SUV híbrida Tayron, ya está en fase de pruebas. Este modelo utilizará la plataforma MQB Evo y representa el compromiso de Volkswagen con la electromovilidad. La planta de Puebla, que ha comenzado la construcción de una nave de pintura exclusiva para vehículos eléctricos, busca adaptarse a las exigencias del mercado.
Altos ejecutivos, como Oliver Blume y Holger Nestler, han supervisado los avances de este proyecto durante visitas recientes a la planta. Sin embargo, los preparativos para la producción de Tayron han dejado a miles de trabajadores en la incertidumbre.
Un empleado comentó:
“La incertidumbre es total. No sabemos cuándo regresaremos, a dónde seremos enviados ni qué pasará con nuestros salarios.”
Volkswagen enfrenta ahora el desafío de gestionar esta transición sin afectar gravemente a su fuerza laboral ni a la competitividad de la planta.
