Los “capitanes poblanos”: mucha lana, poco valor.

Por: Admin

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Basta con googlear, qué empresas dirigen los “principales líderes empresariales de Puebla” para confirmar, que sobresalen más por sus apellidos, que por la trascendencia e impacto de sus “empresas”.

@AlbertoPacheco_

 

Una de las principales razones de la baja competitividad y la precariedad laboral que se vive en Puebla, es que su ecosistema empresarial nativo, sobre todo, los empresarios poblanos autodenominados “capitanes”, son en su gran mayoría, empresarios que han hecho y siguen acumulando fortunas, pero que, generan muy poco valor.

Son dueños de empresas poco o nada innovadoras, con mínimo crecimiento profesional para sus empleados y por lo regular, con salarios y condiciones de trabajo precarias.

Empresarios, que han encontrado, por ejemplo, en la política, la manera más redituable de seguir creciendo sus abultados bolsillos, aunque, sus empresas continúen en la mediocridad.

Porque les es mucho más redituable, invertir grandes cantidades de dinero en campañas políticas y después monopolizar el acceso al dinero público, que competir abiertamente en el mercado, basados en innovación, generación de valor agregado y la mejora continua.

Lo anterior, ha propiciado, que el talento poblano emprendedor en áreas de alta complejidad, tenga que migrar, ante la profunda inequidad que hay para acceder a proyectos que emanan del dinero público.

En los países desarrollados, es la compra pública, la primera palanca para desarrollar empresas nativas, intensivas en I+D, que crean ecosistemas empresariales complejos y que, a su vez, incentivan mejores salarios, el desarrollo profesional de sus empleados y, además, se concatenan a cadenas de valor global que favorecen el crecimiento de las empresas locales hacia el exterior.

Y es que no es que no existan emprendedores poblanos, innovadores, brillantes, disruptivos, sino que lamentablemente, cuando estos, se han dedicado a formarse y desarrollar valor, pero no complicidades políticas, se topan de frente con la realidad que hoy nos tiene sumergidos como Estado, a nivel económico, en la vil mediocridad: complicidades y canonjías de las que son ajenos.

Basta con googlear, qué empresas dirigen los “principales líderes empresariales de Puebla” para confirmar, que sobresalen más por sus apellidos, que por la trascendencia e impacto de sus “empresas”.

Maquila de bajo valor agregado, “consorcios inmobiliarios”, grandes “comercializadores”, servicios de medio pelo, y sí, muchos “grandes constructores”, que comparten un rasgo en común: invertirle y mucho, a los proyectos políticos.

Sin empresarios que inviertan en innovación y en formar una mano de obra altamente cualificada, nuestro ecosistema seguirá siendo poco competitivo, con los lastres que eso implica.

Tristísimo…