La formación del gabinete de Alejandro Armenta Mier, próximo gobernador de Puebla, ha dejado a más de uno con el ceño fruncido. Muchos políticos que creían tener su silla asegurada han sido relegados al banquillo, observando desde la barrera mientras otros toman el control. Hasta el momento, 11 secretarías han sido asignadas, junto con algunos subsecretarios, y la sorpresa no radica solo en quiénes están, sino en quiénes no figuran.
Armenta ha apostado por figuras cuya lealtad está fuera de duda y cuyos historiales están tan limpios al menos al ojo público. Aunque en los medios se ha murmurado que los seleccionados no son los “grandes nombres” que algunos esperaban, lo cierto es que tampoco tienen una “cola que les pisen”. La elección de personajes sin sombras de corrupción es un intento claro de Armenta por presentar un frente sólido y sin fisuras ante la opinión popular.
Quienes han dado cuenta de la prioridad de AA en la conformación de su gabinete saben que sus posibilidades son mínimas y están molestos, preocupados, pero con esperanza puesta en las sillas que aún están vacías.
Entre los titulares ya anunciados, destacan Samuel Aguilar Pala en Gobernación, Silvia Tanus Osorio en Movilidad y Transporte, y Javier Aquino Limón en Bienestar. Cada uno de estos nombres ha sido seleccionado con un enfoque en la eficiencia y la integridad, al menos en la superficie. El gabinete también incluye a mujeres en posiciones clave, como Josefina Morales Guerrero en Administración y Finanzas, y Ana Laura Altamirano Pérez en Desarrollo Rural, lo que subraya un esfuerzo por equilibrar género y capacidad en la administración.
Los huecos aún por llenar
Sin embargo, aún quedan vacantes importantes que generan expectativa. Secretarías como Seguridad Pública, Infraestructura, y Medio Ambiente siguen en espera de un titular. Estos puestos son cruciales para la estructura de poder que Armenta busca consolidar, y la selección de sus titulares podría determinar la dirección de su administración.
